"No he de callar por más que con el dedo, ya tocando la boca o ya la frente, silencio avises o amenaces miedo." Don Francisco de Quevedo.

BARRA DE BUSQUEDA

martes, 30 de agosto de 2011

miércoles, 17 de agosto de 2011

LA VISITA DEL PAPA Y EL ESPANTOSO SILENCIO: Por Felipe Muñoz.

Felipe Muñoz.
Felipe Muñoz es Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad Complutense de Madrid. Comenzó su vida laboral como Técnico de Calidad y pasó al ámbito de las Tecnologías de la Información. Aquí ha desempeñado su labor en todos los niveles: desde programador, pasando por analista programador y consultor, hasta jefe de proyecto. Actualmente es responsable de área de conocimiento de una gran consultora española. Colabora como articulista en la página suite101.net, como experto en Filosofía Antigua. Todos los martes, en su columna de SIGLO XXI “El minuto más engreído”, analizará, desde el punto de vista de la filosofía, los problemas actuales

Quizá sorprenda a alguno de mis escasos lectores habituales, saber que, personalmente, no creo en Dios. Es más: estoy convencido de que Dios, el Dios cristiano, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, el Dios del que Jesucristo se decía hijo, no existe.

Personalmente

Personalmente, fui católico sincero hasta mi mayoría de de edad. Después, ateo y furibundo anticlerical durante la Universidad y algunos años después. Progresivamente, con el tiempo, a base de muchas lecturas, he ido madurando mis opiniones al respecto. A día de hoy, sigo sin creer en Dios y siendo ateo convencido; pero el anticlericalismo se me curó estudiando Historia.

Hago esta reflexión personal, no por la importancia que pueda tener (que no la tiene, salvo para mí mismo), sino para aclarar mi posición de partida para lo que sigue. No creo que a nadie le interese, en realidad, la opinión de tal o cual columnista, si el tal o cual columnista no “desaparece” lo suficiente de su escrito. Es decir, si la columna en cuestión puede funcionar como un peldaño que nos acerque un poquito más a la verdad, y no simplemente como exposición de ideas y pensamientos personales.

El debate en España

Pero, por lo que parece, los españoles sufrimos alguna especie de defecto nacional, que, quién sabe por qué, nos impide tratar hasta de las cuestiones más abstractas sin llevarlas al terreno del ataque personal. Si uno defiende la Idea de España, se le tilda inmediatamente de franquista; si otro defiende a la Iglesia Católica, se busca de inmediato su conexión con el Opus Dei; si un tercero defiende la idea de mercado libre, se le tacha de fascista (Curiosidad: ¿por qué no de anarquista? El fascismo es, al fin y al cabo, una escisión del socialismo y, por tanto, contrario al mercado libre). 

En fin, simplemente indicar que no tengo ninguna creencia religiosa y ningún tipo de relación laboral con la Iglesia Católica.

Visita de Benedicto XVI a España

En las circunstancias históricas, políticas y económicas de la España actual, aunque se podía contar con la indiferencia general, no puede dejar de sorprender el rechazo de cierto sector de la población a la visita del Papa Benedicto XVI, a partir del 18 de Agosto de 2011.

Rechazo del catolicismo en España

Vale que la mayor parte de los españoles aún crea a pies juntillas en la leyenda negra sobre la Iglesia Medieval (leyenda que inventaron conscientemente ingleses, franceses y holandeses, contra la España del siglo XVI). Vale que España exista cierta tradición política anticlerical, de la que los sectores de la Memoria Histórica se sienten todavía orgullosos (ignorando que, en su tiempo, la tradición se convirtió en matanza). 

Pasemos, también, de la constatación de que muchos medios de comunicación, hablados o escritos, manipulan por sistema todos los escritos y todas las tomas públicas de posición eclesiásticas (manipulación que se puede evitar fácilmente, acudiendo a los textos íntegros), hasta el punto de que, por ejemplo, la moral sexual católica es reducida a la prohibición del preservativo.

El deber de la hospitalidad hacia el Papa

Pasando por encima de todas estas consideraciones, que consisten, en resumen, en desconocimiento, prejuicio e ignorancia, en primer lugar, España, como país, debe hospitalidad a Benedicto XVI, como la debe a cualquier mandatario, y a cualquier persona en general, que visite nuestro país.

El Papa es gobernante de un país con el que España mantiene relaciones diplomáticas amistosas. Y, a su vez, además de ser uno de los filósofos más importantes de la actualidad, es el líder de una religión que profesa la mayoría del pueblo español y que ha organizado una Jornada Mundial de la Juventud, que reunirá, según las previsiones, a un millón de personas, en pleno acuerdo con el gobierno español.

La Iglesia Católica

Ciertamente, esto resulta obvio. Tanto en la cuestión de las relaciones diplomáticas como por la cuestión de la hospitalidad debida, esa virtud que estamos olvidando. Pero, ciertamente también, Benedicto XVI no viene a España sólo en calidad de gobernante de otro país, sino como líder de una institución internacional de amplia, aunque decadente, influencia. El rechazo a la visita, por parte de ciertos sectores, se centra en esa cualidad de cabeza visible de una institución a la que se moteja de machista y antidemocrática. 

Lo cierto es que los argumentos que se utilizan resultan a cada cual más endeble. Si hubiéramos de tener en cuenta la historia de cada país o de cada institución a la hora de recibir a sus mandatarios, no existirían las relaciones diplomáticas en absoluto. La inmensa mayoría de los Estados actuales, si no todos, tiene una historia mucho más sanguinaria que la de la Iglesia Católica (más allá de las leyendas sobre la Inquisición). 

Jornada Mundial de la Juventud

Por otra parte, desde el momento en que la Jornada Mundial de la Juventud se planificó de común acuerdo con el gobierno español y respetando todos los trámites legales, sobraban todos los análisis coste/beneficio, que tanto y tan superficialmente han proliferado. El gobierno español, y mucho más el actual, disponía de una excusa fácil para rechazar la organización del evento, alegando los costes de seguridad. Y, si no lo hizo, es lícito sospechar que no fue movido por un irrefrenable ansia, de los gobernantes socialistas, por recibir a Benedicto XVI.

Lo mismo es válido para el “problema” de la ocupación del espacio público, por parte de lo fieles de una religión que, en un estado laico, se supone como cuestión privada. No deja de resultar gracioso que los indignados se hayan quejado de esto. La JMJ ocupará los espacios madrileños ateniéndose a la ley y en virtud de la libertad de expresión.

Sería un punto interesante a estudiar, el proceso histórico por el que se ha ido negando, sobre todo socialmente, pero también legalmente, el derecho de libertad de expresión de las creencias religiosas. Ya dijo Lessing, en su día: “No os atreváis a hablarme de vuestra libertad berlinesa de pensamiento e imprenta. Se limita a la mera libertad d endilgar a la religión cuantos sofismas se desee. Y un hombre honrado tendría que avergonzarse bien pronto de emplear esa libertad”.

La verdad se vota, otra vez

El hecho de que se intente relegar a la religión al ámbito privado y el hecho de que se tacha a la Iglesia Católica de machista y antidemocrática, obedecen al mismo síntoma de decadencia de la cultura occidental, especialmente en España: a la idea de que no existe la verdad, sino que “cada uno tiene su verdad” o lo que es verdad para uno puede no serlo para otro”.

A partir de ahí, la verdad se vota. Ya hablamos una vez de aquella ocasión en la que la existencia de Dios perdió por un solo voto en el Ateneo de Madrid. Se trata de la consecuencia lógica del relativismo: hay que llegar a un acuerdo político sobre las “verdades” en torno a las que nos movemos. De ahí que se pida, de modo absurdo, que la Iglesia se democratice. Como si la democracia fuera un valor en sí mismo: la democracia tiene valor en la medida en que protege la libertad. Y el valor es la libertad, no la democracia.

La Iglesia Católica custodia una verdad

En cualquiera de los casos, la Iglesia Católica, con todos los fieles que la forman, cree firmemente que posee una o varias verdades. Y lo cree del mismo modo que la comunidad científica cree poseer, también, algunas verdades. Sólo que lo que los científicos han extraído de la experiencia, los cristianos creen haberlo obtenido a partir de una Revelación de Dios.

La Iglesia Católica, formada por todos los católicos (no sólo la jerarquía), es, pues, una institución conformada en torno a una verdad absoluta, cuya misión es custodiar. Aquí no cabe una democracia mal entendida: la verdad no se vota, se descubre. No es lo mismo, nada tiene que ver, pensar que ninguna persona tiene la verdad, que pensar que la verdad no existe. 

La democracia en la Iglesia

Tampoco hay democracia en la familia, en el ejército o en las comunidades científicas. No la hay cuando se trata, simplemente, de respetar una tradición. Hoy día, la mayor muestra de humildad de la Iglesia está en su negativa a admitir a la mujer en el misterio sacerdotal. Negativa basada, exclusivamente, en una confesada incapacidad para interpretar la Escritura en lo que respecta esta cuestión.

Soy consciente de que todo esto suena muye extraño y anticuado en unos oídos modernos, educados, acostumbrados y machacados con el relativismo de “la verdad de cada uno”. Pero, si son tan amables, le pido que hagan un esfuerzo conmigo. 

La salvación y el ámbito privado

Imagínense, por un momento, que ustedes están convencidos, fuera de toda duda, de que el mundo (todas las personas que lo componen), está en peligro. E imagínense que ustedes, a su vez, conocen, fuera de toda duda, la manera de salvar la vida a todos. Y, por último, imagínense que se encuentran con otras personas que creen lo mismo que ustedes y organizan una institución para comunicar más eficazmente, a todo el mundo, la forma de salvarse.

En ese caso, ¿aceptarían tranquilamente que se les pidiera que mantuvieran sus creencias en privado, por “respeto” a los demás? ¿Qué clase de respeto es ésa? ¿No es más respetuoso, a la par que más noble, comunicar a todo el mundo que está en peligro y lo que tiene que hacer para salvarse? Aunque uno contemplase la posibilidad de estar equivocado, ¿no seguiría adelante, de todos modos? ¿No contaría lo que sabe a todo el que quisiera escucharle y aún al que no quisiera?

El cristianismo es público

Pues, exactamente, éste es el caso del cristiano en el mundo de hoy. Cree conocer la verdad más importante de la existencia y, por eso, nos la quiere comunicar. Está en la naturaleza del cristianismo comunicar, dar testimonio de su fe. Y, por eso, el cristiano que vive sus fe sólo en el ámbito privado siempre me ha parecido innoble y, quizá, algo cobarde. Son las personas las que merecen respeto, no las ideas. Y el respeto a las personas, para un cristiano, exige el testimonio de su fe.

La voz de la Iglesia

No estoy de acuerdo con muchas de las posiciones doctrinales de la Iglesia Católica (aunque suelen tener, por lo general, mucho más fundamento de lo que sus críticos reconocen), ni en política, ni en filosofía, ni en moral. Pero, en un mundo que ya no cree en nada (y, por ello, está dispuesto a creer en todo lo que le cuenten), en un mundo que, cuando dejó de creer en Dios, empezó a creer en cosas mucho peores, en un mundo en el que ya no hay sentido, en el que ya no se acepta la ley, la autoridad o la tradición, en un mundo de manipulación de las mentes por los gobiernos, en el que nada tiene valor y todo vale lo mismo, en un mundo lleno de impotencia y sin miedo ni esperanza; en este mundo, la voz de la Iglesia, su mensaje de que existe la verdad, el bien y el mal y de que quizá hay esperanza, se ha tornado especialmente importante.

Jan Ross, periodista del periódico alemán Die Zeit, comentó (en relación a Juan Pablo II, pero válido en todo caso): “La voz del Papa ha dado ánimo a muchos hombres y a pueblos enteros; en los oídos de muchos ha sonado también dura y cortante, e incluso ha suscitado odio; pero, si enmudece, será un momento de silencio espantoso”.

CASTELLANI Y LA DEMOCRACIA.

R.P. Leonardo Castellani.
“El “sufragio universal” es una farsa porque desde su comienzo alimentó en su seno un sofisma: la “soberanía del pueblo”, que es hoy el gobierno de los marrulleros y los charlatanes.

O sea, la soberanía del anonimato, la irresponsabilidad, las elecciones, el dinero y… el extranjero. Vean la muy voceada “Libertad de Prensa”; en ella se ha concretado la “Libertad de expresión”, una de las “Libertades de perdición”, que dijo Pío IX: cuanto más hablan della, menos existe. Será tonto por demás un presidentito destos para dejar que un cagatinta anónimo le discuta o condene una medida suya; allá va el secuestro de una edición, o la suspensión del diario o simplemente la supresión (o el muy mexicano y constante "chayote", digo yo). Por tanto se guardan muy bien de ofender al tiranuelo de turno. Tienen libertad para hablar contra Dios, pero no para pintar bigotes de foca a un Testa Hinchada No Coronada.

En ningún momento del mundo ha habido menos libertad que ahora; y eso que la mayoría de los Estados de hoy han nacido a los gritos de “Libertad, Libertad, Libertad”; y lo siguen cantando”.

R. P. Leonardo castellani, Seis ensayos y tres cartas, Págs. 141/42 y nota.

domingo, 7 de agosto de 2011

NOTICIAS BREVES: Por Enrique Díaz Araujo.

“El peligro que viene”, anunciaba Gilbert K. Chesterton, en los años de la preguerra. Con la frase no aludía a la eventual conflagración mundial que se avecinaba, como podría suponerse, sino al torrente de información periodística que, según la profecía del gran escritor inglés, iba a inundar al mundo en el tiempo siguiente.

Verdad es que suelen ser tantas las noticias que recibimos a diario que casi no nos dejan tiempo para reflexionar. Nos abruman con novedades, la mayor parte de las cuales no tienen otro destino que la papelera. Incluso, esa marejada nos hace perder el sentido de la proporcionalidad, y ya no sabemos qué es lo principal y cuál lo accesorio. Por ejemplo: las riñas habituales dentro de la partidocracia, magnificadas por la prensa, nos inclinan a olvidarnos del sano aforismo criollo que reza que "entre bueyes no hay cornadas".

Sin embargo, muy de tanto en tanto, aparecen noticias que bien vale la pena de leer y recordar. Hoy damos con algunas de esa categoría, y procederemos a transcribirlas, dado que, tal vez, hayan pasado inadvertidas al lector, ya sea porque aparecieron perdidas en el fárrago habitual, porque se olvidaron de inmediato, o, más simplemente, porque los periódicos ejerciendo su derecho de censura previa, decidieron no publicarlas.

Vamos a ellas, pues.

HOLOCAUSTO

De sobra es sabido que desde la victoria judía en 1945, el tema de la realidad de los campos de concentración alemanes donde perecieron cientos de miles de prisioneros hebreos, es inabordable. Quien ponga en duda las cifras divulgadas, aparte de cargar con el sambenito de “nazi”, puede cometer un delito de lesa humanidad. Que no otra cosa fue lo que le sucedió al famoso historiador inglés David Irving en Austria, donde le impusieron tres años de prisión por haber manifestado que a él no le constaba d-o-c-u-m-e-n-t-a-l-m-e-n-t-e aquella difundida magnitud carcelaria.

Es que la “Shoa” (Holocausto), entre otras cosas, constituye la base de la identidad israelí contemporánea. No hace mucho leímos en un libro que, dado el agnosticismo reinante y la pluralidad étnica en Palestina, ahora ser judío es creer en la “Shoa”; no en la “Torah” o en el “Talmud”. Luego, es obvio que este no es un asunto para andar jugando con cifras ni opiniones científicas o técnicas. Se trata de dogmas que, como tales, deben ser respetados.

No obstante lo antedicho, al respecto acaba de publicarse una noticia que el lector sabrá valorar en su justa medida, sin peticionar de nosotros ningún comentario; ni tan siquiera de si se pudiera tratar de la punta de un iceberg.

El dato fue publicado por el diario “Hoy” de la ciudad de La Plata, en la Argentina, del 10 de noviembre de 2010, en su página 12 (y que sepamos, no ha sido reproducido por otros matutinos). El suelto dice textualmente así:

“Estafa millonaria por el Holocausto: Unos 5.500 judíos recibieron fraudulentamente 42 millones de dólares en Estados Unidos pagados por Alemania, haciéndose pasar por víctimas de Holocausto, reveló ayer la fiscalía de Nueva York. Un total de diecisiete personas fueron inculpadas por la estafa de larga data a través de un fondo destinado a ayudar a víctimas de la persecución nazi en la Segunda Guerra Mundial. Mientras que once de los sospechosos fueron detenidos ayer y contra todos los inculpados pesan cargos por estafa pasibles de hasta veinte años de cárcel y una multa de doscientos cincuenta mil dólares. «Si hay una causa que uno podría suponer inmune a la codicia y el fraude criminal, es la Conferencia de Reclamos, que asiste a diario a miles de pobres y ancianos víctimas de la persecución nazi», dijo el fiscal del distrito sur de Nueva York Prehet Baharara.

Muchos de los que recibieron los fondos fraudulentos habían nacido después de la Segunda Guerra Mundial y por lo menos uno de ellos ni siquiera era judío, mientras que la mayoría era de origen ruso, indica la fiscalía de Nueva York. En otra estafa se entregaban mensualmente 411 dólares a los que vivieron en guetos durante 18 meses o más o durante seis meses en campos de concentración o de trabajo”.

Fin de la noticia.

ALBORADA SOCIALISTA

“El modelo cubano ya ni siquiera funciona para nosotros”, dijo Fidel Castro a comienzos de setiembre del año de 2010, al periodista invitado Jeffrey Golberg, de la revista izquierdista “The Atlantic”. Y se armó la de San Quintín. Que si no quiso decir lo que dijo, o que tal vez no lo dijo, o el periodista lo entendió mal. Etcétera, etcétera. No hubo comunista de estos pagos que no saliera al quite, en defensa del sistema socialista. Quien no pudo desmentir del todo lo dicho fue el propio Fidel, puesto que sabía que Golberg había grabado la entrevista. Prefirió hablar de malas interpretaciones.

Y, aparentemente, ahí quedó la cosa. Pero, no. Lo importante no fueron lo dichos, sino los hechos. Porque de inmediato, los hermanitos Castro —“dos son los Castro, y ninguno bueno”, se decía en otras épocas en Cuba—, en consonancia con lo sostenido ante Golberg, anunciaron una serie de medidas impresionantes. De ellas dio buena cuenta “The Economist”, de Londres, traducido por el diario “La Nación”, de Buenos Aires, del 18 de setiembre de 2010, página 6 de la sección “Economía y Negocios”. En sus pasajes principales la noticia que transcribimos fragmentariamente rezaba así:

“El 13 de este mes, el gobierno (cubano) anunció, a través de la confederación sindicalista oficial, que más de un millón de personas (un quinto de la mano de obra) serán despedidas de puestos de trabajo estatales, la mitad de ellas quedará sin trabajo a partir del 1º de abril de 2011. […]

Esta es la mayor reorganización de la economía desde que Fidel Castro expropió pequeñas empresas, en 1962, impresionando a sus benefactores soviéticos al colocar bajo el control del Estado a prácticamente todos los trabajadores, desde los lustradores de zapatos hasta los mozos. A mediados de la década de 1990, cuando la Unión Soviética y sus subsidios para Cuba desaparecieron, Fidel permitió a regañadientes que los cubanos utilizaran el dólar estadounidense como moneda legal y que se embarcaran en pequeños negocios (tales como el alquiler de habitaciones y la apertura de restaurantes de poca envergadura)… [...] Cuando Hugo Chávez, el presidente de Venezuela, se convirtió en el nuevo benefactor de Cuba, ofreciendo petróleo barato, Castro recentralizó la economía… [...]

Con frecuencia, Raúl Castro expresó su enojo con la aguda falta de eficiencia de Cuba. «Tenemos que borrar para siempre la idea», dijo a la Asamblea Nacional el mes último, «de que Cuba es el único país del mundo donde no es necesario trabajar»… [...] A comienzos de este mes, a Fidel Castro mismo se le escapó… que el modelo económico cubano «ya ni siquiera funciona para nosotros». Aunque más tarde, él, solapadamente, dijo haber sido mal interpretado, ésta es claramente la visión de su hermano… [...]

Durante mucho tiempo, una gran cantidad de cubanos complementaron sus míseros sueldos estatales, alrededor de 20 dólares por mes, con empresas privadas ilegales en el gran mercado negro. Pero las reformas profundizarán las ya evidentes desigualdades en los ingresos en Cuba. Y también debilitarán el control que el Estado tiene sobre la vida de los cubanos. «Un día, podríamos recordar esto como el momento de la Perestroika», dijo un diplomático occidental en La Habana”.

O sea: que la Gran Aurora Roja, por la que tanto bregaron nuestros próceres marxistas, desde José Ingenieros a Ernesto Guevara, está en ciernes. A no perderse ese glorioso amanecer.

TODOS POR LA PATRIA SANDINISTA

En otras ocasiones hemos hablado del Terrorismo de Estado Cubano, en particular operando a través de su satélite, la Nicaragua Sandinista. Siempre siguiendo la famosa declaración de Fidel Castro, del 3 de julio de 1998, en la Asociación de América Latina y el Caribe, donde dijo refiriéndose a Iberoamérica: “En el único lugar donde no intentamos promover la revolución fue en México. En el resto, sin excepción lo intentamos”.

Ahora, escuetamente, reproducimos esta noticia publicada en “Infobae”, de Buenos Aires, del 25 de mayo de 2010, y que expresa lo siguiente:

“Un ex coronel dijo que el ataque de 1989, comandado por el ex jefe del E.R.P. Enrique Gorriarán Merlo, tuvo el apoyo del Frente Sandinista de Liberación Nacional. Por el copamiento murieron 39 personas. Víctor Boitano, ex coronel del Frente Sandinista de Liberación Nacional (F.S.L.N.) que controló Nicaragua durante la década del 80, reveló que el ataque guerrillero al Regimiento de Infantería Mecanizada III de "La Tablada", el 23 de enero de 1989, fue financiado por su país.

Según indicó el ex militar del país centroamericano, el ataque que llevó adelante el fallecido ex jefe Enrique Gorriarán Merlo con el Movimiento Todos por la Patria (M.T.P.) y dejó un saldo de 39 muertos, tuvo la ayuda económica de los sandinistas. «El golpe que realizó Enrique Gorriarán Merlo en la Argentina fue financiado por nosotros», dijo Boitano en declaraciones televisivas, al tiempo que admitió que el dinero que usaron para este propósito surgió, en parte, de venta de drogas y armas, y de la trata de personas”.

La otra parte del dinero, como es sabido, provino de la Cuba castrista, la cual, según es notorio, estaba financiada por la U.R.S.S.

"La Tablada" constituyó una de las últimas grandes operaciones realizadas por el Departamento América, dependiente del Comité Central del Partido Comunista Cubano. Acción terrorista dirigida por el Coronel cubano Renán Montero (Andrés Barahona López), alias “Iván”, por entonces jefe de la División Quinta de la Inteligencia de Nicaragua (donde se desempeñaba Enrique Haroldo Gorriarán Merlo). Dato acreditado por el ex capitán del ejército cubano Lázaro Betancourt Morín, por Jorge Ricardo Masetti, por Omar Adra, y por el nicaragüense Reynaldo Aguado, entre otros. Ahora se agrega el testimonio del ex Coronel nicaragüense Víctor Boitano.

¿Terrorismo de Estado…? Sí. ¡Terrorismo de Estado Soviético-Cubano-Nicaragüense!

YANKEES Y MARXISTAS

También es sabido que no todos los países se muestran generosos y filántropos a la hora de ayudar económicamente a la Argentina. Por eso, nuestra opinión popular suele ser muy acerba con ciertas naciones centrales, a las que inculpan de usureras o explotadoras.

Con la finalidad de establecer la verdad del juicio negativo indicado, mostraremos acá una noticia importante. Se trata de un artículo aparecido en el diario “La Nación” de Buenos Aires, del día 12 de setiembre del 2010, página 4 de la Sección “Enfoques”, titulado “El poder de las ONG”. Nota descriptiva, más bien favorable a las “Organizaciones No Gubernamentales”, en la que se elogia su rol de árbitros políticos. En tal sentido, se lee:

“Gastón Chillier, Álvaro Herrero y Hernán Charosky, directores ejecutivos de C.E.L.S. (Centro de Estudios Legales y Sociales), A.D.C. (Asociación por los Derechos Civiles) y Poder Ciudadano, respectivamente, coinciden en que la coyuntura política actual contribuye al avance las O.N.G.

En un contexto político muy polarizado, las O.N.G. juegan un rol muy articulador de consensos entre los partidos políticos del Congreso, sin diálogo directo entre ellos”, sostiene Chillier… Para Charosky los políticos “buscan a las O.N.G. como una especie de árbitro…”.

Dictámenes que podrían traducirse en el sentido que dichas entidades, en esta Democracia de la Derrota, están por encima de los partidos parlamentarios, funcionando como un reaseguro del "demoentreguismo".

Para que el asunto no quede en abstracciones, por separado, el articulista da cuenta de“Los pases del año”, es decir que:

“La participación en las organizaciones de la sociedad civil (O.S.C.) y la militancia política partidaria nunca estuvieron separadas por un muro infranqueable. Pero, en los últimos tiempos, una serie de transferencias a la política de los que hasta entonces eran jugadores estrellas de las O.S.C. instaló el debate sobre la neutralidad partidaria de esas organizaciones”.

Cuestión que ejemplifica con los pases de Laura Alonso, de “Poder Ciudadano”, y Miguel Braun, de C.I.P.P.E.C., al P.R.O. de Mauricio Macri, y de Nicolás Duccoté, de C.I.P.P.E.C., al partido de Francisco de Narváez. Aclarando luego que: “Los activistas de la sociedad civil tienden a ser más de centroizquierda”. Desde luego, para no desentonar con lo “políticamente correcto” en la Democracia que se alumbrara el 14 de junio de 1982, con la rendición de Puerto Argentino.

A su propósito, recordemos que el 7 de noviembre de 1985, en el Simposio de la Internacional Liberal realizado en Madrid, y en presencia del Presidente argentino Raúl Ricardo Alfonsín, el ex ministro del Foreign Office David Steel, aseguró: “La democracia en la Argentina no habría llegado si no hubiera sido por el coraje y sacrificio de nuestros bravos muchachos”. Concepto reiterado en 1994 en Río de Janeiro por Mrs. Margaret Thatcher.

Continuando con el texto de “La Nación”, anotemos que se pasa al capítulo del “Financiamiento”, en el que asienta lo siguiente: “La mayor parte de las donaciones a estas organizaciones proviene de embajadas extranjeras, organismos internacionales y entidades del exterior, como la Fundación Ford o la National Endowment for Democracy (N.E.D.), una organización de fomento de la democracia en América latina que se nutre con fondos del Congreso de los Estados Unidos”.

Esto es, si no hemos entendido mal, que Embajadas Extranjeras, pongamos por caso la del Reino Unido de Gran Bretaña, y el Congreso de los Estados Unidos (amén de la Foundation Ford), a través de estas ONG´s, velan por la buena fortuna de nuestra maravillosa “democracia”, con la que vivimos, comemos, nos educamos, etc., etc., según definiera el gran prócer de la post malvinidad, Raúl Ricardo Alfonsín.

Por nuestra cuenta aclaramos que la N.E.D. en cuestión es una especie de O.N.G. madre, colectora y distribuidora de fondos, creada por el Partido Demócrata de los Estados Unidos, para atender su “patio trasero” o “Latin America”. Merced a ella, USA cumple con el proyecto del “Destino Manifiesto”, diseñado, entre otros, por Theodore Roosevelt, Robert Taft y Woodrow Wilson, de enseñar a los “southamericans” a gobernarse bien. Es el viejo “big stick”, pero ahora forrado con dólares.

Prosiguiendo con la noticia, digamos que, para no irse por las lomas de Úbeda, su autor ubica a los que llama “los cuatro grandes de la sociedad civil”, de los cuales nos interesan los dos primeros —la A.D.C. y el C.E.L.S.—, y, más especialmente, el segundo, el nunca suficientemente bien ponderado Centro de Estudios Legales y Sociales. Esta última O.N.G., es la que creara Emilio Mignona para atacar la represión de las Fuerzas Armadas, que a su muerte pasó a la conducción del benemérito Horacio Verbitsky, afamado columnista de “Página/12”, y que Manuel Acuña denunció como financiada por la "Fundación Ford", maguer la prédica leninista constante de su director. Acá se exhibe como dirigida por un tal Gastón Chillier, y declarando como su principal campaña, el “acuerdo de seguridad democrática, cárceles y violencia policial”. Además, el C.E.L.S. se ha caracterizado por impulsar como querellante los denominados“juicios de lesa humanidad”, y los rumores provenientes de la opinión pública le adjudican una injerencia directa en el nombramiento de los magistrados federales y en los ascensos, pases y retiros de los oficiales de las Fuerzas Armadas, como asimismo su funcionamiento como entidad de contraespionaje paralela al S.I.D.E. O sea: se trata de un personaje central de la tragedia nacional, según es público y notorio.

Pues bien: de la A.D.C. (Asociación por los Derechos Civiles), la noticia da cuenta como sus principales donantes, entre otros, a la: “Fundación Ford, National Endowment for Democracy, Embajada de Gran Bretaña”.

De igual modo, referente a la mayor de las O.N.G., el C.E.L.S., también se consignan como principales donantes a la: “Fundación Ford, Embajada de Gran Bretaña, National Endowmente for Democracy (N.E.D.), de Estados Unidos”.

Esta es una información súper-valiosa.

Añadamos que no se trata de una noticia aislada. En Internet se ha comunicado que no sólo la embajada británica está involucrada en el caso, sino que el propio Foreign Office contribuye a las finanzas del C.E.L.S. (del que, memoremos, ha formado parte, el honorable Ministro de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni); lo que refuerza el carácter oficial de la mencionada dádiva (ver página web del C.E.L.S., lunes 5 de julio 2010, hora 18:09:44).

Cuando alguien se pregunta quién está detrás de la "izquierdización" del país, desde 1983, del ataque sistemático a las FF.AA., de la destrucción organizada de la identidad nacional y la consolidación del régimen de corrupción política, moral, cultural, mediática, educativa, legislativa, judicial, emblemática y hasta musical, ahí tiene la respuesta.

“¡Vamos a hundir a la Argentina en la tierra de la humillación!”, dijo el 6 de junio de 1982, en la Cámara de los Comunes, el nieto de Winston Churchill, que lleva su mismo nombre. He aquí uno de los métodos que han hallado para concretar el derrumbe programado y así hacernos pagar cara la derrota.

El Congreso de los Estados Unidos y la Embajada de Gran Bretaña (amén de peces menores, tales como la "Fundación Ford", la "John Merck Fund", el "International Center For Transitional Justice" —I.C.T.J.—, "Open Society Institute", "Strategic Programe Fund-ex Gof", etc.), socios en la Guerra del Atlántico Sur, mediante el insigne C.E.L.S. (con el auxilio de la A.D.C.), son los perros guardianes de nuestra “seguridad democrática”.

No más rompederos de cabeza, ni de nebulosas conceptuales, para dar con los responsables de nuestro abatimiento y progresiva decadencia.

Tampoco es cuestión de preguntar cómo entes capitalistas pueden favorecer desórdenes anarcoides. Esos son aporías teóricas.

En la práctica histórica, muchas veces se ha visto esa conjunción. Piénsese, si no, en el testimonio del ex embajador de Estados Unidos en La Habana, Earl E. T. Smith, ante el Subcomité del Senado sobre Seguridad Interior, del 30 de agosto del año 1960. Entonces, Smith afirmó que la C.I.A. había entregado a Fidel Castro grandes sumas de dinero, a través del agente Robert Wiecha, contando con el beneplácito del secretario adjunto de Asuntos Latinoamericanos Roy Rubotton, del director de la División Caribe del Departamento de Estado, William Arthur Wieland y el jefe de la sección política de la C.I.A., John Topping (todo lo cual está desarrollado en el libro de Earl Smith, “Cómo Eisenhower entregó Cuba a Castro Ruz”).

O si no cómo, en 1917, la Cancillería y el Estado Mayor alemanes facilitaron el ingreso de los bolcheviques de Lenín, provenientes de Suiza, en el “vagón precintado”, cuya travesía concluyó en la Estación Finlandia de San Petersburgo. Se los dotó de sumas millonarias, a fin de inocular “bacilos en el cuerpo del enemigo”, según manifestó el general Erich Ludendorff. Esto, sin mentar la actividad de las bancas judeo-germana (Warburg) y judeo-neoyorkina (Kuhn Loeb) para con la misma empresa bolchevique, dado que ahí cabría pensar en otro tipo de afinidades.

En suma: que son hechos tangibles, que suelen responder a intereses mutuos, se ajusten o no a coherencias doctrinarias.

Hoy, específicamente sobre el C.E.L.S., resulta que los muy capitalistas Estados Unidos y el Reino Unido emplean anualmente cuatro millones ochocientos mil pesos (otro tanto va para la A.D.C.) en financiar este organismo claramente marxista. No es una paradoja, ni un equívoco ideológico. Eso es, ni más ni menos, que un hecho, que ellos mismos declaran y registran. Algo similar a cuando un organismo de contraespionaje inglés (el MI6) operó como productor de películas argentinas sobre la Guerra de Malvinas. Antimilitaristas, desde luego. ¿Se acuerdan del refrán: “bolches, ingleses, los mismos intereses”…? ¿Se aplicará al caso…?

Cuando menos acá se impone una conclusión: es la contenida en el aforismo procesal “a confesión de parte, relevo de prueba”. O, si se prefiere una glosa pertinente: que los imperialismos, aparte de vencer, quieren convencer, brindándonos el manual de un buen comportamiento “democrático”. Para que les estemos eternamente agradecidos por tutelarnos como lo hacen. ¡A servirse, pues, que son pasteles anglosajones con guindas izquierdistas!

Hasta aquí las noticias prometidas. Creemos que de algo le servirán al lector. De nada.

POLÉMICAS Y PROHIBICIONES: Por el Dr. Aníbal D'Ángelo Rodríguez.

Hace ya tiempo, “Clarín” publicó, a toda página, un título según el cual habría una “polémica en Buenos Aires por la venta de «Mi Lucha», el libro de Hitler”.

Como pasa —ay— tan seguido con los diarios y sus titulares, la lectura de lo escrito bajo el título bajaba mucho los decibeles del asunto. La “polémica” quedaba reducida a la opinión, vertida a pedido del diario, de don Marcos Aguinis y don Osvaldo Bayer, escritores ambos de mucha fama en nuestro teatrillo de las letras.

El primero no está muy seguro, y tras afirmar que “el nazismo no es sólo una ideología política, sino una organización genocida”, se pregunta si “es correcto volver a estimular la discriminación, la tortura, el abuso, los genocidios”, pero reconoce que “se debe respetar la libertad de expresión” y en una vuelta de tuerca más se pregunta si “es saludable permanecer indiferentes ante un arma de destrucción masiva y su bandera”. O sea que don Marcos no sabe qué hacer. Distinto es el caso de Bayer, que se decanta por la libertad y se opone claramente a la prohibición.

Como se verá, como polémica es más bien modesta. Pero lo interesante vino a continuación. En días siguientes, algunos lectores, en cartas al diario, participaron en tan escueta discusión. Había de todo, pero predominaba la opinión contraria a la prohibición. Ninguno, claro, por defender el libro, sino todos por privilegiar —como Bayer— la libertad. Una sensata señora planteaba que el problema es que si se prohiben libros, hay que determinar quién tiene la facultad de hacerlo. En tiempos de la cristiandad, la Iglesia Católica tenía esa potestad, pero ahora ni los cristianos la acatarían (ni acatan el más tibio consejo, como se vio con el caso Dan Brown).

La pregunta de la Señora (“¿quién prohibe?”) es sensata pero anticuada, como se vio en el mismo diario, al día siguiente, cuando el Presidente de la DAIA se pronunció, con aire dogmático, por la inmediata prohibición del libro, “como ya existe en numerosos países de Europa”. De modo que de todo esto sólo cabe una conclusión. No se pueden prohibir libros, pero si se prohiben, entonces el brazo dogmático y definidor son los judíos.

Esta conclusión se ve abonada por dos cosas que no pueden dejar de anotarse. Libros que incitan al crimen, y no a crímenes en abstracto sino realizados, hay muchos. Uno podría empezar por innumerables textos del marxismo-leninismo (por ejemplo, las memorias del Dr. Guevara) hasta llegar a las defensas del aborto. Pero los “prohibibles” son —por lo visto— solo aquellos que incitan a liquidar judíos (supuesto que “Mein Kampf” dijera tal cosa, que no lo dice). Como tantas veces se ha dicho, en el mundo del siglo XX hay muertos de primera y muertos de segunda. Campesinos ucranianos, chinos o albaneses son material descartable. Y que se los haya matado en nombre del “hombre nuevo” proporciona una razón más para que sus muertes no pesen en la memoria de la humanidad.

La segunda cosa es un hecho del que me informa un volante que me remite ARP desde España. En él se relata que la policía irrumpió en la Librería Europa, de Barcelona, Cataluña (antes, España) y se llevó “alrededor de seis mil libros, ocho grandes cajas de documentación, cientos de carpetas y miles de fotos y diapositivas” confiscando de paso seis computadoras con decenas de libros en proceso de edición y trece mil catálogos. De paso, se llevaron fotografías colgadas en las paredes, banderines de diversas regiones de Europa, todos los discos duros y las copias de seguridad, libretas personales de ahorro, documentos y contratos personales o empresariales, vaciando los archivadores metálicos sin apenas comprobar su contenido. Entre los libros, secuestraron ejemplares de Degrelle, Bochaca, Rassinier y hasta del psicólogo inglés Eysenck.

Permítanme repetir algo que he escrito muchas veces como “aviso a los navegantes”. El paradigma cultural del mundo moderno era, hasta 1945, una frase de Voltaire: “No creo en lo que dices, pero daría mi vida por asegurar tu libertad de decirlo”. Desde 1945, el nuevo paradigma es: “No creo en lo que dices y como intentes publicarlo te voy a perseguir hasta hacerte la vida imposible”.

EL ÚLTIMO EPISODIO ESCANDALOSO DE UN CANAL DE TELEVISIÓN EXTRAVIADO: Por Christopher A. Ferrara.

Cuando me tomé el trabajo de escribir "EWTN: Un canal de televisión extraviado" (EWTN: A Network Gone Wrong), sabía que el proyecto recibiría un montón de objeciones iracundas. En medio del caos eclesial reinante, la mezcla atrayente de EWTN donde se combina el catolicismo con el mundo del espectáculo, lo sacro con lo profano, la tradición con la novedad, el gregoriano con el rock, la piedad profunda con la histeria carismática, las escenas espirituales con los programas de discusión prohibidos para menores sobre temática sexual; esta mezcla ha logrado posicionarse ella misma como la norma de oro de la ortodoxia católica. Ese EWTN es considerado ampliamente en la actualidad como un bastión de la Fe —de hecho,el bastión de la Fe en una Iglesia en crisis— lo que es otro signo más de lo que Lucía de Fátima repetidamente llamó la desorientación diabólica de nuestro tiempo. Y guay de quien se atreva a señalar lo obvio: que un Papa como San Pío X quedaría apopléjico tras ser sometido a un día típico de la programación de EWTN, que presenta una “renovación” post-conciliar que Pío X no podría haber imaginado ni en sus peores pesadillas.

En el clima eclesiástico actual, criticar a EWTN es sufrir las consecuencias que sufre quienquiera que cuestione lo que siendo opinión común ha sido convertida en vaca sagrada, incluso si uno se apresura a afirmar (como es mi caso) aquellos elementos rescatables de la programación de EWTN. El crítico se expone a golpes bajos y a la demagogia de aquellos que han invertido en el status quo eclesial. Por ejemplo, cierto “anarco-capitalista tradicionalista” —¡sólo en los Estados Unidos!— cuyas ideas he cuestionado se defendió cubriéndose con el manto de respetabilidad de EWTN al mismo tiempo que me "demonizaba" por “atacar a EWTN”.

La caída del Padre John Corapi, sin embargo, me obliga a volver a este Canal de Televisión Extraviado con el fin de señalar por qué se ha extraviado. Como demostré en mi libro, la esencia del problema de EWTN es la siguiente: el catolicismo no puede ser presentado, sin riesgos, en el formato de un canal de televisión por cable abierto las 24 horas —totalmente católico todo el tiempo—. Cualquier intento de presentar nuestra religión al mundo de esa forma, inevitablemente hará aparecer modos comunes de corrupción que son necesarios para estimular el interés popular generalizado, sin el cual la programación televisiva de 24 horas es imposible de sostener financieramente, especialmente si depende de las donaciones.

Mi libro notaba que con el arribo de Doug Keck como vicepresidente de EWTN responsable de la producción en 1996, el canal se posicionó a sí mismo como un jugador más del mercado de televisión por cable básico, con todas las transacciones que conlleva una campaña de aceptación masiva. Keck, anteriormente empleado de un conglomerado de televisión por cable cuya programación incluía el Canal Playboy, “estuvo involucrado en el lanzamiento de más de 25 canales de televisión internacionales, nacionales y regionales”. Fue Keck, según Raymond Arroyo, presentador estrella de EWTN, “el responsable de transformar el aspecto casero y el contenido del canal”. Mi libro documenta las formas en las cuales tuvo lugar la transformación de lo que era el estilo relativamente tradicionalista y militante de la Madre Angélica, hacia un catolicismo “pop” más atractivo para las masas.

Esto no significa negar el papel de la televisión como medio apropiado para presentar temas católicos mediante producciones discretas. El obispo Sheen es el ejemplo clásico de cómo este medio puede servir a la Iglesia. Y, de hecho, unos cuantos programas de EWTN son excelentes, como los de Dale Ahlquist y Jamie Bogle. El problema, sin embargo, es que el negocio de administrar una cadena de televisión que busca ser incluida en los paquetes básicos de la televisión por cable, como hace EWTN, se da de bruces con la pureza de la Fe como realidad supramundana que conduce al hombre hacia su destino eterno y lejos de los asuntos de este mundo.

La principal razón por lo que esto es así es porque la viabilidad de cualquier canal televisivo depende de shows populares con celebridades que atraigan “fans” y logren mantener una mínima base de “fans” devotos. Estos shows conducidos por celebridades son los que “anclan” un canal a la agenda de los televidentes. Corapi era una de estas celebridades —uno de los más exitosos, sino el más exitoso en la historia de EWTN—. Y EWTN sabía bien del pasado de Corapi como "playboy" rico, drogadicto y vagabundo. Sorprendentemente, EWTN convirtió a Corapi en una celebridad aunque era bien sabido que había cohabitado con una prostituta en su rancho de Montana luego de haber sido ordenado sacerdote, ostensiblemente con el fin de rehabilitarlo. En tiempos pre-conciliares, Corapi ni siquiera hubiese sido admitido al seminario, sin importar la sinceridad de su conversión y arrepentimiento. Sin embargo, frente a las cámaras de EWTN se convirtió en el "Súper Cura", y miles sino millones devoraban todos los días su palabra televisada.

Un televidente juicioso, al mirar a Corapi dar su mensaje en un basso profundo creciente, podría haber advertido de que él estaba interpretando un papel teatral y que tras el personaje existía un hombre con serios problemas. Toda la verdad de Corapi finalmente salió a la luz en un informe realizado por un panel de tres investigadores designados por su Orden, donde se detallaban improperios sexuales continuados, abuso de drogas y un estilo de vida suntuoso contrario a su voto de pobreza (estilo de vida que la Orden tardó demasiado en objetar). En respuesta a ello, Corapi emitió su descargo evasivo, sin negar, pero con el propósito de “renunciar” a su sacerdocio, en vez de responder las acusaciones. “Aquella etapa de mi vida, tristemente, finalizó”, dijo, al hablar de su sacerdocio, como si se tratara de una oportunidad laboral que ya no existe.

Muy poco después, Corapi apareció en un video en su blog luciendo una chaqueta Harley Davidson de cuero, con su cabeza rapada y con su barba gris teñida de negro, para anunciar que tenía el propósito de proseguir su carrera en Internet bajo el extraño seudónimo “Ovejero Negro” (Black Sheepdog). En un mensaje de audio dirigido a sus “fans”, declaró que ahora practicaría su oficio “no sólo en la Iglesia católica sino también en todo el mundo… Con el nombre Ovejero Negro estaré junto a vosotros en transmisiones de radios y en escritos”. En palabras de un “fan” desilusionado: “Muy decepcionado con Corapi. Aparentemente pone su dinero y fama por encima de sus obligaciones sacerdotales. Cómo pudo renunciar es sorprendente. Francamente, no me interesa más lo que tenga para decir.”

Pero yo siento pena por Corapi, un hombre dotado cuya vida se vio llena de sufrimiento y que es claramente presa de demonios de los que nunca pudo escapar realmente. Uno no puede más que sentir lástima ante la imagen de esa pobre alma en su chaqueta Harley Davidson —el John Corapi real finalmente— tratando de explicarse y explicar sus planes para su nueva carrera como Ovejero Negro. Realmente patético.

Sin embargo, no siento más que desprecio por EWTN y su calculada decisión de convertir a Corapi en una estrella sabiendo bien de que se trataba de mercadería dañada. Peor, habiendo creado esta celebridad ahora a la baja, EWTN se dedicó a cubrir su caída como si se tratase de una noticia más en su noticiero “The World Over” (Por El Mundo), en el cual Arroyo juega él mismo el papel de estrella. Sentado en esta pobre imitación de un “set” de noticiero, Arroyo entrevistó a un reportero del National Catholic Register sobre el asunto Corapi como si se tratase de un periodista secular más y de una noticia más, en vez del masivo escándalo del cual EWTN es principal responsable. Los que llevan EWTN están tan metidos en ese juego de “¡somos un canal de televisión como los reales!” que ni siquiera se dieron cuenta de su papel de complicidad en hacer de este sacerdote problemático una parte integral de la vida espiritual de millones de católicos.

Pero Corapi sólo es el último en una larga lista de sacerdotes que EWTN convirtió en celebridades sólo para verlos caer en picada y prenderse fuego ante la vista desilusionada de los fieles. Recordemos algunos casos escandalosos:

En 1998, el Padre Ken Roberts, una celebridad muy popular de EWTN y un ávido promotor de las falsas apariciones de Medjugorje —perdiendo innumerables almas— fue expulsado del canal y todo el material relacionado con él que había en la web de EWTN desapareció, luego de que fuese suspendido en el sacerdocio tras verse involucrado en supuesto abuso de menores.

En 2002, el Padre John Bertolucci, otra superestrella de EWTN y promotor de la pan-cristiana Renovación Carismática Católica —una clara amenaza de la integridad de la Fe— desapareció del canal sin comentarios tras haber sido identificado por el infame obispo Hubbard como uno de veinte sacerdotes pedófilos de la diócesis de Albany.

En 2005, la celebridad de EWTN monseñor Eugene Clark cayó cuando un video tomado en un motel tiró abajo la negación de un largo amorío con su secretaria, 33 años menor que él, y se vio forzado a renunciar como rector de la catedral de San Patricio.

En 2007, el Padre Francis Mary Stone, el presentador del programa inmensamente popular “Vida sobre Roca” (Life on the Rock), para jóvenes roqueros, en un estilo con frecuencia ofensivo, dejó el canal y, luego, también el sacerdocio, tras hacer público su aventura con una viuda. La última vez que se lo vio en Internet, promocionaba la bebida nutritiva Zrii con el nombre de Dave Stone, utilizando sin vergüenza el slogan “viviendo la vida sobre roca”.

En 2009, el Padre Alberto Cutié, telegénico y sentimental predicador hispano de EWTN, quien “llegaba a millones de hogares en los Estados Unidos, Canadá, España y América Latina en EWTN en Español”, dejó EWTN y, luego, la Iglesia Católica, tras aparecer en un diario sensacionalista en español fotos suyas en una playa con una mujer casada en bikini. Se casó con la mujer y se "convirtió" en sacerdote episcopalista.

En 2010, el P. Thomas Euteneuer, ex director de Vida Humana Internacional y un fijo en la programación de EWTN, dejó el canal y renunció a VHI tras admitir que había “violado los límites de la castidad con una mujer adulta que estaba bajo mi cuidado espiritual” —es decir su “ministerio de exorcista”—. Euteneuer sostuvo que la “vasta mayoría” de sus decisiones y conducta fue “moralmente buena y consistente con todas las normas sobre el cuidado pastoral de las personas”. Sin embargo, los padres de la mujer que Euteneuer admitió haber violado, dijeron tener conocimiento de otras dos víctimas.

Por supuesto que estos otros escándalos no llegaron a encender tantas señales de peligro como las que Corapi produjo durante muchos años antes de su caída. Sin embargo, sí existe un patrón aquí: una línea de sacerdotes que EWTN convirtió en celebridades rompieron sus votos. La celebridad, o el deseo de ello, es un riesgo moral para cualquiera, y los sacerdotes no son excepción. Cuando la Fe se convierte en negocio del entretenimiento, los escándalos del negocio del entretenimiento llegan. Los pecados privados de los sacerdotes —y todos nosotros somos pasibles de cometerlos excepto especial gracia de Dios— se convierten en noticias públicas para escándalo de los fieles que eran devotos “fans” del canal de cable.

Buenas razones tuvo siempre la Iglesia para aconsejar que los fieles no se apeguen demasiado a sacerdotes particulares, no menos por el peligro de caer en una especie de congregacionalismo estilo protestante que dependa del carisma de un sólo hombre falible. Pero EWTN, administrado en gran medida por ex protestantes, depende precisamente de un tipo de congregacionalismo televisado de masas atraído por personalidades magnéticas. Cuando estas personalidades revelan, una y otra vez, que son demasiado humanas, presenciamos las consecuencias graves del intento de EWTN por convertir a la Fe en un show de TV. Ésa es una de las razones por las que escribí el libro. Y de ahí que lleve el subtítulo “Un canal de televisión extraviado”.

Mi sugerencia para EWTN: Abandonad vuestro intento de ser una versión católica de una canal de televisión por cable secular. Evitad el culto a la personalidad con todos peligros. Olvidad el contenido “pop”. Por el contrario, aislad los muchos buenos elementos de vuestra programación y presentadlos ellos solos en un horario más limitado, para una audiencia más limitada si fuese necesario. Que las verdades de la Fe hablen por sí mismas de forma llana y simple; que la belleza sin adornos sea vuestra única atracción. Y si la audiencia televisiva decrece, entonces mal por los televidentes que se van.

Sería mejor para vosotros reducir vuestra operación por el bien de la integridad religiosa, que seguir repitiendo el patrón pasado de escándalos protagonizados por vuestras celebridades y la vulgarización de vuestros contenidos. La Fe no es un show de televisión y nunca lo puede ser; pero la televisión puede ser un poderoso medio para dar a conocer la Fe. Aprended esta distinción y respetadla, y EWTN —no importa qué tan grande o qué tan pequeño quede— servirá más fielmente la causa del Evangelio. FIN.

Christopher A. Ferrara, columnista de The Remnant, en Nueva Jersey.