"No he de callar por más que con el dedo, ya tocando la boca o ya la frente, silencio avises o amenaces miedo." Don Francisco de Quevedo.

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martes, 13 de diciembre de 2011

CALCULANDO LA NAVIDAD. LA AUTÉNTICA HISTORIA DEL 25 DE DICIEMBRE: Por William J. Tighe.

Muchos cristianos creen que el cristianismo celebra el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre porque los padres de la Iglesia se apropiaron de la fecha de un festival pagano: el festival del Sol Invictus. Casi nadie da importancia a este hecho, excepto algunos grupos marginales de protestantes, que han querido ver en ello "una paganización más" de la Iglesia Católica a partir del establecimiento de la libertad religiosa- y con ello el cese de la persecución a los cristianos- por el edicto de Milán del Emperador Constantino en el año 313.

Sin embargo, resulta interesante saber que el establecimiento del 25 de diciembre como fecha del Nacimiento de Nuestro Salvador es resultado de los intentos realizados por los primeros cristianos para averiguar la fecha de nacimiento de Jesús, basándose en cálculos de calendario que nada tenían que ver con los festivales paganos.

Fue más bien al contrario, ya que el festival pagano del "Nacimiento del Sol Invicto" fue instituido por el emperador romano Aureliano el 25 de diciembre de 274 y fue, casi con toda certeza, un intento por crear la alternativa pagana a una fecha que ya gozaba de cierta importancia para los cristianos romanos. Así pues, "los orígenes paganos de la Navidad" son un mito sin fundamento histórico.

Un error.

La idea de que la fecha fue tomada del festival pagano del Sol Invictus se remonta a dos estudiosos de finales del siglo XVII y principios del XVIII.

El primero fue Paul Ernst Jablonski, un protestante alemán que pretendía demostrar que la celebración del nacimiento de Cristo el 25 de diciembre era una de las muchas "paganizaciones" del cristianismo que la Iglesia del siglo IV había adoptado y como una de las muchas "degeneraciones" que habían transformado el cristianismo apostólico, "puro y primitivo", en catolicismo.

El segundo, Dom Jean Hardouin, fue un monje benedictino que intentaba demostrar que la Iglesia Católica había adoptado festivales paganos para fines cristianos sin paganizar el Evangelio. En el calendario juliano, creado en el año 45 a.C. bajo el Imperio de Julio César y vigente hasta el 15 de octubre de 1582, el solsticio de invierno caía en 25 de diciembre y, por tanto, a Jablonski y a Hardouin les pareció "evidente" que esa fecha debía haber contenido obligatoriamente un significado pagano antes de haber sido cristiano.

Pero, en realidad, la fecha no había tenido ningún sentido religioso en el calendario festivo pagano en tiempos anteriores a Aureliano, y el culto al sol tampoco desempeñaba un papel importante en Roma antes de su llegada.

Había dos templos dedicados al sol en Roma. Uno de ellos (mantenido por la familia de la que el padre de Aureliano era arrendador y de la cual Aureliano tomo el nombre) celebraba su festival de consagración el 9 de agosto, y el otro templo tenía su festival el 28 de agosto. Sin embargo, ambos cultos cayeron en desuso en el siglo II, en que los cultos solares orientales, como el mitraísmo, empezaron a ganar adeptos en Roma. Y en cualquier caso, ninguno de estos cultos, antiguos o nuevos, tenían festivales relacionados con solsticios o equinoccios.

Ya convertido en Emperador, Aureliano -quien gobernó desde el año 270 hasta su asesinato en 275- intentó fortalecer la posición del "dios" del Sol, el "Sol Invicto", como la principal divinidad del panteón romano. Su intención era dar a todos los ciudadanos del Imperio, civiles o soldados, occidentales u orientales, un solo dios en quien ellos podrían creer sin traicionar a sus propios dioses. El centro del culto fue un nuevo templo, construido en 271 en el Campus Agrippae de Roma, con grandes decoraciones que fueron financiadas con el botín obtenido del saqueo al Imperio de Palmira. Aureliano quería "un dios y un Imperio". Lactancio argumenta que Aureliano habría prohibido adorar a todos los demás dioses si hubiera tenido suficiente tiempo para hacerlo.

Aureliano, a pesar de no ser del todo hostil a los cristianos, temía al crecimiento del prestigio del cristianismo -que crecía a pasos agigantados- entre la élite del Imperio. Aureliano lideraba un Imperio que avanzaba hacia el colapso ante las agitaciones internas, las rebeliones en las provincias, el declive económico y los repetidos ataques de las tribus germánicas por el norte y del Imperio Persa por el este. Al crear esa nueva festividad, su intención era que el día 25, en el que comenzaba a alargarse la luz del día y a acortarse la oscuridad, fuera un símbolo del esperado "renacimiento" o eterno rejuvenecimiento del Imperio Romano, que debía ser el resultado de la perseverancia en la adoración de los dioses cuya tutela (según creían los romanos) había llevado a Roma a la gloria y a gobernar el mundo entero.

Una consecuencia.

Es cierto que la primera prueba de una celebración cristiana en 25 de diciembre como fecha de la Natividad del Señor en Roma se encuentra hasta el año 336 después de Cristo, varios años después de la muerte de Aureliano, pero sí existen pruebas anteriores a Aureliano en el Este griego y en el Oeste latino, donde los cristianos intentaban averiguar la fecha del nacimiento de Cristo mucho antes de que lo empezaran a celebrar de una forma litúrgica, incluso en los siglos II y III. Las pruebas indican que la atribución a la fecha de 25 de diciembre fue una consecuencia de los intentos por determinar cuándo se debía celebrar su muerte y resurrección.

¿Cómo ocurrió todo esto? Aparentemente -solo aparentemente- existe una contradicción entre la fecha que dan los Evangelios Sinópticos y el Evangelio de San Juan de la muerte del Señor. Los Sinópticos la situarían en la Pascua de los judíos (después de la Última Cena la noche anterior), mientras que Juan la describiría en la Víspera de la Pascua, en el momento en que los corderos eran sacrificados en el Templo de Jerusalén para el ágape que tendría lugar después de la salida del sol ese mismo día.

La solución a esta cuestión está en responder a la pregunta de si la Santa Cena fue un ágape pascual o una cena que tuvo lugar un día antes, lo cual no estudiaremos aquí. Basta con decir que la primitiva Iglesia siguió a San Juan y no a los Sinópticos y, por tanto, creyó que la muerte de Cristo había tenido lugar el 14 Nisán, de acuerdo con el calendario lunar judío.

Los estudiosos modernos se muestran de acuerdo con que la muerte de Cristo podría haber tenido lugar en el año 30 o en el 33 después de su nacimiento, ya que éstos son los únicos años de esa época en los que la Vigilia de la Pascua judía cayó en viernes. Las posibilidades del día de la muerte del Señor son, por tanto, el 7 de abril del año 30 o el 3 de abril del año 33.

Sin embargo, dado que la Iglesia primitiva fue forzosamente separada del judaísmo, entró en un mundo de calendarios distintos y tuvo que instaurar sus propios momentos para celebrar la Pasión del Señor, en parte también para independizarse de los cálculos rabínicos de la fecha de Pascua. Por otra parte, como el calendario judío era un calendario lunar que constaba de 12 meses de 30 días cada uno, cada pocos años debía añadirse un mes decimotercero por un decreto del Sanedrín, para mantener el calendario sincronizado con los equinoccios y los solsticios, así como para evitar que las estaciones se fueran "desviando" hacia meses que no les correspondían.

Aparte de la dificultad que tuvieron los primeros cristianos de las comunidades alejadas de Jerusalén y de las comunidades cristianas de origen no judío, para informarse bien acerca de las fechas pascuales en un determinado año, el hecho de seguir un calendario lunar diseñado por ellos habría dispuesto en su contra tanto a judíos como a paganos, y seguramente también les habría sumido en inacabables disputas entre sí mismos.

El siglo II vio fuertes disputas sobre si la Pascua de Resurrección tenía que caer siempre en domingo o en cualquier día de la semana dos días después del 14 Artemision/Nisán, pero haber seguido un calendario lunar no habría hecho más que agravar estos problemas.

Estas divergencias eran interpretadas de distintas maneras entre los cristianos griegos de la parte oriental del imperio y los cristianos latinos en la parte occidental del mismo. Parece ser que los cristianos griegos quisieron encontrar una fecha equivalente al 14 Nisán en su propio calendario solar y, dado que en el calendario judío el mes de Nisán era el mes en el que tenía lugar el equinoccio de primavera, eligieron el día 14 de Artemision, mes en el que el equinoccio de primavera caía invariablemente en su propio calendario. Alrededor del 300 d.C., el calendario griego fue sustituido por el calendario romano (calendario juliano) y, como las fechas de principio y final de los meses en estos dos sistemas no coincidían, el 14 Artemision se convirtió en el 6 de abril.

En la época de Tertuliano (155 - 220 d.C.) habían concluido que murió en viernes, el 25 de marzo del 29. Pero debe hacerse constar que ello es imposible: el 25 de marzo del 29 no cayó en viernes, y la Víspera de Pascua judía en el 29 d.C. no caía en viernes ni en 25 de marzo, ni siquiera en el mes de marzo.

La "edad integral".

Así pues, en el Este, tenemos el 6 de abril y, en el Oeste, el 25 de marzo. Llegados a este punto, debemos hacer una consideración importante. Se trata de la creencia judía en la "edad integral" de los grandes profetas judíos: es la idea de que los profetas de Israel murieron en la misma fecha que la de su concepción.

Conocer ésto es un factor clave a la hora de entender por qué algunos de los primeros cristianos llegaron a la conclusión de que el 25 de diciembre fue la fecha del nacimiento de Jesucristo. Los primeros cristianos aplicaron esta idea -la "edad integral"- a Jesús, con lo que el 25 de marzo y el 6 de abril no sólo eran las supuestas fechas de la muerte de Jesús, sino también las de su Santa Concepción.

Y es en este día, 25 de marzo, conmemorado casi universalmente entre cristianos como la Fiesta de la Anunciación, cuando el Arcángel Gabriel llevó la Buena Nueva de un salvador a la Virgen María, con cuyo consentimiento la Palabra de Dios ("Luz de Luz, Dios verdadero del Dios verdadero, nacido del Padre antes de todos los tiempos") se encarnó en su vientre purismo. ¿Cuánto dura un embarazo? Nueve meses. Si contamos nueve meses a partir del 25 de marzo, es 25 de diciembre; si es a partir del 6 de abril, tenemos el 6 de enero. La Iglesia celebra el 25 de diciembre la Natividad del Señor y, el 6 de enero, su Epifanía.

La Navidad (el 25 de diciembre) es una fiesta de origen cristiano occidental. Parece que en Constantinopla fue introducida en el año 379 ó 380. De un sermón de San Juan Crisóstomo, que en su época fue un renombrado asceta y predicador en su nativa Antioquía, parece que ahí la fiesta se celebró por primera vez el 25 de diciembre del 386. Desde esos centros, se esparció por todo el Oriente cristiano y se adoptó en Alejandría alrededor del 432, mientras que en Jerusalén se asumió un siglo o un poco más después. Los armenios, solos entre las Iglesias cristianas antiguas, nunca la adoptaron, y hasta hoy llevan celebrando el nacimiento de Cristo, la adoración de los Reyes y el bautismo el 6 de enero.

Por su parte, las Iglesias occidentales fueron adoptando gradualmente la celebración de la Epifanía del este el 6 de enero, y Roma lo hizo entre el 366 y el 394. Pero en Occidente, esta festividad se presentaba normalmente como la conmemoración de la visita de los Reyes Magos al niño Jesús y, como tal, era una fiesta importante, pero no una de las más determinantes. Ello provocaba un fuerte contraste con la posición de la Iglesia oriental, donde sigue siendo la segunda fiesta más importante de la iglesia después de la Pascua.

En Oriente, la Epifanía es mucho más importante que la Navidad. La razón es que la festividad también celebra el bautismo de Cristo en el Jordán y el momento en que la Voz del Padre y el Descenso del Espíritu Santo manifestaron por primera vez a los mortales la divinidad del Cristo Encarnado y la Trinidad de las 3 Personas en un solo Dios.

Una fiesta cristiana.

Así pues, parece que el 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Cristo no está en absoluto en deuda con las influencias paganas en las prácticas de la Iglesia durante o después del tiempo de Constantino. Es totalmente improbable que fuera la fecha exacta del nacimiento de Cristo, pero surgió estrictamente de los esfuerzos de los primeros cristianos latinos para averiguar la fecha histórica de la muerte de Cristo.

En cambio, la fiesta pagana que instituyó el emperador Aurelio en esa fecha, en el año 274, no sólo fue un esfuerzo para utilizar el solsticio de invierno con el objetivo de hacer una declaración política, sino que, casi con toda certeza, fue también un intento de dar un sentido pagano a una fecha ya importante para los cristianos romanos. A su vez, los cristianos podrían más tarde volver a adoptar la fiesta del "Nacimiento del Sol Invicto" para referirse, en memoria del nacimiento de Jesús, a la ascensión del "Sol de la Salvación" o el "Sol de la Justicia". 

William J. Tighe, corresponsal de TOUCHSTONE y profesor adjunto de la Universidad de Muhlenberg. Para los interesados, recomienda la lectura de Los Orígenes del Año Litúrgico de Thomas J. Talley.

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