"No he de callar por más que con el dedo, ya tocando la boca o ya la frente, silencio avises o amenaces miedo." Don Francisco de Quevedo.

BARRA DE BUSQUEDA

sábado, 30 de abril de 2011

LIBIA, SIRIA, RUSIA. LA CEGUEDAD DE USA FRENTE AL ORIENTE MEDIO: Por Toby Westerman.

Una nueva amenaza está surgiendo en el Cercano Oriente. Se trata del apoyo al terrorismo fundamentalista islámico, pero va mucho más allá de ello. La administración “Obama” de U.S.A. y la oligarquía en Washington que lleva los asuntos de política exterior, estiman que el régimen del presidente sirio, Bashar al-Assad, es un gobierno reformista. Contemplan esta región del medio oriente con ojos afectados de ceguera, tal como lo hace el resto del mundo. La Siria de Assad no sólo ayuda a los grupos terroristas, sino, también está a punto de proporcionar a Rusia el puerto del Mediterráneo oriental que su expansión militar  necesita.

Rusia y Siria son aliados desde la era soviética, cuando estaba en el gobierno el padre de Bashar, Hafez al-Assad. Incluso durante el período de la “nueva” Rusia, la relación entre los dos países era muy activa, dando al régimen de Assad una fortaleza que el Estado sirio no podría tener por sí mismo.

La presencia de Rusia en la zona podría plantear un desafío directo a la Sexta Flota de los EE.UU.

Mientras que Moscú tiene un largo camino por recorrer para que su ejército sea equiparable al de los Estados Unidos, Rusia, como China, están intentando mejorar rápidamente sus fuerzas armadas.

En parte, estos intentos se plasman  en  la base naval de Tartus, Siria. En la actualidad, sólo hay un centro de reparación y abastecimiento en Tartus, pero los informes de que disponemos  señalan que Rusia va a adaptar  la base para dar cabida a buques de guerra de gran tamaño. Estos informes, también indican que Moscú se dispone a abastecer a Siria con los  supersónicos misiles "Yakhont" anti cruceros, a los que Israel teme enfrentarse en su lucha contra Hezbolá.

El apoyo de Siria a lo largo de los años al terrorismo no parece haber causado alguna dificultad a Moscú.

Durante décadas, Damasco ha ayudado a los grupos terroristas Hamas y Hezbolá. Siria actúa como un conducto para las armas de la República Islámica del Irán a las guerrillas de Hamas, incluidos los misiles y proyectiles de mortero. Un avión de las líneas aéreas iraníes fue interceptado recientemente en Turquía y obligado a aterrizar. Los inspectores de Turquía  encontraron proyectiles de mortero de varios tamaños etiquetados como “repuestos de automóviles".

En reconocimiento por la ayuda de Siria, Hamas ha presionado a los manifestantes contra el gobierno para atemperar sus ataques contra el régimen de Assad, que es incondicionalmente anti-israelí.

Además de Hamas, el “reformista” régimen de Assad es un aliado importante del grupo terrorista Hezbolá.

No contentos con ayudar simplemente a los grupos terroristas, los sirios están intentando la construcción y mantenimiento de dos instalaciones nucleares. Una ha recibido los inspectores de la agencia nuclear “perro guardián” de la O.N.U., “Agencia Internacional de Energía Atómica" (O.I.E.A.), pero la otra sigue estando estrictamente fuera de control.

Además de sus aspiraciones nucleares, Siria ha mostrado su disposición a utilizar de armas químicas. En 2004, un equipo de armas químicas de Siria voló a Sudán a petición del gobierno islámico de Sudán, que había solicitado su ayuda para la supresión de una aldea  rebelde. Varios días después, decenas  cuerpos  “congelados” fueron recogidos por el ejército sudanés y enviados para su examen a un hospital de Jartum, la capital del país. Informes sobre el ataque y sobre los cuerpos “congelados” aparecieron en algunos medios de comunicación occidentales (pero apenas se informó de ello en los Estados Unidos). La descripción del estado de los  cuerpos muertos sugería que fueron muertos como  resultado de un ataque químico. Informaciones de este ataque pueden leerse en el libro “Terror, Mentira y Resurgimiento de un Nuevo Imperio Comunista”.

Ahora que los Estados Unidos se ven envueltos en una intensa intervención “humanitaria” en Libia surge la cuestión de por qué el gobierno de Obama no lanza también  un asalto contra el régimen de Assad, que también participó en la masacre de las manifestaciones de sus  propios ciudadanos (lo que no es una actividad inusual para el régimen sirio). La respuesta es clara, y no tiene nada que ver con sutilezas diplomáticas en  Oriente Próximo. La simple verdad es que Washington no quiere arriesgarse a entrar en conflicto con Moscú. Mientras el mundo se desentiende ante la perspectiva cada vez más cercana de un Irán armado con armas nucleares, Moscú está contribuyendo con su imprescindible ayuda al desarrollo iraní de energía atómica. Sin la ayuda de Moscú, no existiría esta amenaza a la paz y estabilidad mundial. Los mismos ojos afectados de ceguera ante los acontecimientos  del Cercano Oriente también lo están cuando ven pero no comprenden la realidad de los objetivos de la política exterior de la “nueva” Rusia. La oligarquía de la “nueva” Rusia, que oprime a su propia población, apoya cualquier dictadura anti-occidental y anti- Estados Unidos en el mundo. La verdad es que la administración de Obama –y otros organismos de la política exterior de Washington– no quiere reconocer las graves amenazas que penden sobre nosotros. Es mucho más fácil mirar a Oriente, como también a gran parte del mundo, con ojos cegados, que ven pero no comprenden. También es mucho más peligroso para el pueblo de los Estados Unidos.

jueves, 28 de abril de 2011

HOMBRES SIN TRADICIÓN: Por Juan Manuel de Prada.

En su breve discurso a los «cultivadores del pensamiento, la ciencia y el arte» congregados en Lisboa, Benedicto XVI acierta a definir la tragedia más honda de nuestra época, que no es otra sino la ruptura con la tradición, con todo ese acervo de sabiduría acumulada que, revitalizado por cada generación, se entrega a la generación siguiente, para ayudarla a descifrar el mundo. «En efecto -ha señalado el Papa-, en la cultura de hoy se refleja una «tensión» entre el presente y la tradición, que a veces adquiere forma de «conflicto». La dinámica de la sociedad absolutiza el presente, aislándolo del patrimonio cultural del pasado y sin la intención de proyectar un futuro». Y un presente desgajado del acervo cultural que lo explica acaba arrojando a sus hijos a la intemperie; o, todavía peor, los recluye en las mazmorras donde los aguardan los tiranos disfrazados de mesías que saben que los pueblos sin “traditio” (los pueblos que ya nada tienen que entregar, puesto que nada han recibido) son los más vulnerables a la ingeniería social.

Esta ruptura con la tradición se nos vende, por supuesto, como una suerte de liberación mesiánica. Absolutizando el presente -por emplear la expresión papal-, los hombres llegan a creerse dioses; y olvidan que las ideas nuevas que les rondan la cabeza (que, por supuesto, son ideas inducidas por el tirano de turno, que ha modelado a su gusto la esfera interior de sus conciencias) son repetición de los viejos errores de antaño, esos errores que sólo a la luz de la tradición se delatan. Porque la tradición nos conecta con un depósito de sabiduría acumulada que sirve para explicar el mundo, que ofrece soluciones a los problemas en apariencia irresolubles que el mundo nos propone; problemas que otros confrontaron antes que nosotros, que otros discurrieron antes que nosotros, que otros dilucidaron antes que nosotros. Y cuando los vínculos con ese depósito de sabiduría acumulada son destruidos, cualquier intento de comprender el mundo se hace añicos, se liga fatalmente a impresiones contingentes, se zambulle en un carrusel de aturdimiento y banalidad. Y así, subidos a lomos de ese carrusel, nos quieren los nuevos tiranos, para que nuestra orfandad sin vínculos con la tradición se convierta en el terreno de cultivo de sus consignas ideológicas, que actúan a modo de implantes emocionales en nuestros cerebros y en nuestras almas.

A nadie se le escapa que en este rechazo de la tradición subyace un aborrecimiento de la verdad; esto es, un intento de negar la existencia de una naturaleza humana objetiva, dotada de racionalidad ética. «Este «conflicto» entre la tradición y el presente -proseguía Benedicto XVI en su discurso lisboeta- se expresa en la crisis de la verdad; pero sólo ésta puede orientar y trazar el rumbo de una existencia lograda, como individuo o como pueblo. De hecho, un pueblo que deja de saber cuál es su propia verdad, acaba perdiéndose en el laberinto del tiempo y de la historia, sin valores bien definidos, sin grandes objetivos claramente enunciados». Quien defiende hoy en Occidente la verdad que puede orientar el rumbo de una existencia lograda, para los individuos y para los pueblos, es la Iglesia católica; quien resguarda el legado de la traición, en medio de las invasiones bárbaras que arrojan al hombre a un laberinto sin salida de ideologías nefastas, es la Iglesia católica; quien no declina en su misión prioritaria de «llevar a las personas a mirar más allá de las cosas penúltimas y ponerse a la búsqueda de las últimas» es la Iglesia católica. Por eso se le niega la condición de interlocutor en un mundo ensordecido por la repetición de viejos errores; en un mundo que quiere a sus hijos arrojados a la intemperie, o todavía peor, recluidos en la mazmorra de los pueblos lobotomizados que han renunciado a su tradición.
Quien ama odia y quien odia combate.
No se puede amar profundamente algo sin odiar profundamente su contrario.
No se ama intensamente la verdad sin odiar profundamente la mentira.
¡Y quien odia, lucha en contra, combate!

PEQUEÑO APUNTE DEL DÍA: La Resurrección del Señor.


Para los buenos cristianos la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo debe ser causa de profunda y gozosa alegría, y también fortalecimiento de nuestra esperanza, porque sin ellas no se puede librar el buen combate. No nos dejemos arrastrar, pues, por las dificultades y los contratiempos, que no son pocos, por cierto. Al contrario, enfrentémoslos con el coraje cívico firme y constante de que hablaba Castellani Magno.

La victoria es para Dios. Para nosotros, queda el no bajar los brazos: resistir es también vencerQue la Misericordia Divina nos ayude para que la Patria se levante desde  las ruinas.

¡Felices y santas Pascuas!

EVANGELIUM: Joánnem 20, 1-18.

Prima autem sabbatorum Maria Magdalene venit ma ne, cum adhuc tenebrae essent, ad monumentum et videt lapidem sublatum a monumento. Currit ergo et venit ad Simonem Petrum et ad alium discipulum, quem amabat Iesus, et dicit eis: “Tulerunt Dominum de monumento, et nescimus, ubi posuerunt eum!”. Exiit ergo Petrus et ille alius discipulus, et veniebant ad monumentum. Currebant autem duo simul, et ille alius discipulus praecucurrit citius Petro et venit primus ad monumentum; et cum se inclinasset, videt posita linteamina, non tamen introivit. Venit ergo et Simon Petrus sequens eum et introivit in monumentum; et videt linteamina posita et sudarium, quod fuerat super caput eius, non cum linteaminibus positum, sed separatim involutum in unum locum. Tunc ergo introivit et alter discipulus, qui venerat primus ad monumentum, et vidit et credidit. Nondum enim sciebant Scripturam, quia oportet eum a mortuis resurgere. Abierunt ergo iterum ad semetipsos discipuli. Maria autem stabat ad monumentum foris plorans. Dum ergo fleret, inclinavit se in monumentum et videt duos angelos in albis sedentes, unum ad caput et unum ad pedes, ubi positum fuerat corpus Iesu. Et dicunt ei illi: “Mulier, quid ploras?”. Dicit eis: “Tulerunt Dominum meum, et nescio, ubi posuerunt eum”. Haec cum dixisset, conversa est retrorsum et videt Iesum stantem; et non sciebat quia Iesus est. Dicit ei Iesus: “Mulier, quid ploras? Quem quaeris?”. Illa, existimans quia hortulanus esset, dicit ei: “Domine, si tu sustulisti eum, dicito mihi, ubi posuisti eum, et ego eum tollam”. Dicit ei Iesus: “Maria!”. Conversa illa dicit ei Hebraice: “ Rabbuni! ” — quod dicitur Magister C. Dicit ei Iesus: “Iam noli me tenere, nondum enim ascendi ad Patrem; vade autem ad fratres meos et dic eis: Ascendo ad Patrem meum et Patrem vestrum, et Deum meum et Deum vestrum”. Venit Maria Magdalene annuntians discipulis: “Vidi Dominum!”, et quia haec dixit ei.

(El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto». Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro; vio las vendas en el suelo, y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó. Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos. Los discípulos regresaron entonces a su casa. María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. Ellos le dijeron: «Mujer, ¿por qué lloras?». María respondió: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto». Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció. Jesús le preguntó: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?». Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo». Jesús le dijo: «¡María!». Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: «¡Raboní!», es decir «¡Maestro!». Jesús le dijo: «No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: «Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes». María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras.)

DIES DOMINI: "La Resurrección" de Doré.

miércoles, 27 de abril de 2011

RESURREXIT SICUT DIXIT, ALLELLUIA.


Regina coeli, laetare, alleluia:
Quia quem meruisti portare. alleluia,
Resurrexit, sicut dixit, alleluia,
Ora pro nobis Deum, alleluia. 

viernes, 22 de abril de 2011

STABAT MATER: Giovanni Battista Pergolesi.

Movimientos 1-3/12


Movimientos 4-6/12


Movimientos 7-9/12


Movimientos 10-11/12


Movimiento 12/12


VIERNES SANTO: "La Muerte de Cristo" de Doré.

VIERNES SANTO: "El descenso de la Cruz" de Doré.

EVANGELIUM: Joánnem 19, 38-42.

Post haec autem rogavit Pilatum Ioseph ab Arimathaea, qui erat discipulus Iesu, occultus autem propter metum Iudaeorum, ut tolleret corpus Iesu; et permisit Pilatus. Venit ergo et tulit corpus eius. Venit autem et Nicodemus, qui venerat ad eum nocte primum, ferens mixturam myrrhae et aloes quasi libras centum. Acceperunt ergo corpus Iesu et ligaverunt illud linteis cum aromatibus, sicut mos Iudaeis est sepelire. Erat autem in loco, ubi crucifixus est, hortus, et in horto monumentum novum, in quo nondum quisquam positus erat. Ibi ergo propter Parascevem Iudaeorum, quia iuxta erat monumentum, posuerunt Iesum.


(Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús –pero secretamente, por temor a los judíos– pidió autorización a Pilato para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se la concedió, y él fue a retirarlo. Fue también Nicodemo, el mismo que anteriormente había ido a verlo de noche, y trajo una mezcla de mirra y áloe, que pesaba unos treinta kilos. Tomaron entonces el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con vendas, agregándole la mezcla de perfumes, según la costumbre de sepultar que tienen los judíos. En el lugar donde lo crucificaron había una huerta y en ella, una tumba nueva, en la que todavía nadie había sido sepultado. Como era para los judíos el día de la Preparación y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.)

VIERNES SANTO: "La obscuridad" de Doré.

VIERNES SANTO: "La Crucificción" de Doré.

EVANGELIUM: Joánnem 19, 25-37.


Stabant autem iuxta crucem Iesu mater eius et soror matris eius, Maria Cleopae, et Maria Magdalene. Cum vidisset ergo Iesus matrem et discipulum stantem, quem diligebat, dicit matri: “Mulier, ecce filius tuus”. Deinde dicit discipulo: “Ecce mater tua”. Et ex illa hora accepit eam discipulus in sua. Post hoc sciens Iesus quia iam omnia consummata sunt, ut consummaretur Scriptura, dicit: “Sitio”. Vas positum erat aceto plenum; spongiam ergo plenam aceto hyssopo circumponentes, obtulerunt ori eius. Cum ergo accepisset acetum, Iesus dixit: “Consummatum est!”. Et inclinato capite tradidit spiritum. ┼ Iudaei ergo, quoniam Parasceve erat, ut non remanerent in cruce corpora sabbato, erat enim magnus dies illius sabbati, rogaverunt Pilatum, ut frangerentur eorum crura, et tollerentur. Venerunt ergo milites et primi quidem fregerunt crura et alterius, qui crucifixus est cum eo; ad Iesum autem cum venissent, ut viderunt eum iam mortuum, non fregerunt eius crura, sed unus militum lancea latus eius aperuit, et continuo exivit sanguis et aqua. Et qui vidit, testimonium perhibuit, et verum est eius testimonium, et ille scit quia vera dicit, ut et vos credatis. Facta sunt enim haec, ut Scriptura impleatur: “Os non comminuetur eius ”, et iterum alia Scriptura dicit: “Videbunt in quem transfixerunt”.


(Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien el amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa. Después, sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera hasta el final, Jesús dijo: Tengo sed. Había allí un recipiente lleno de vinagre; empaparon en él una esponja, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca. Después de beber el vinagre, dijo Jesús: «Todo se ha cumplido». E inclinando la cabeza, entregó su espíritu. Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne. Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua. El que vio esto lo atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: "No le quebrarán ninguno de sus huesos". Y otro pasaje de la Escritura, dice: "Verán al que ellos mismos traspasaron".)

POESÍA QUE PROMETE: Las cosas buenas...


Las cosas buenas me gustan...
... me gustan las fogatas; me gusta su fragancia
que en otoño llenaba los parques de mi infancia:
follajes derrotados de pinos y eucaliptos
poblando los senderos de incendios circunscriptos;
holocaustos sencillos, vegetal sacrificio,
para impetrar la gracia de un invierno propicio.
Y me gustan los trenes, los magníficos trenes
cuyo paso recuerdan nostálgicos andenes:
grandes locomotoras que animaba el carbón
en feliz singladura rumbo a Constitución.

Me gustan los jazmines, leves constelaciones
de estrellas diminutas en tapias y portones.
Me gustan las estrellas, titilantes jazmines
floridos en la altura de nocturnos jardines.
Y me gustan las telas, esos rústicos paños
que albergan en su trama perfume de rebaños.

También me gusta el mate, su pausado ritual
nacido en la llanura, circunspecto y formal,
el vino de Borgoña, rotundo y saludable;
el vinito patero, de espíritu mudable.
Y me gustan las armas, su mecanismo inerte
que acata los mandatos de la vida y la muerte

Me gustan los revólveres, las finas espingardas
y las nobles espadas, las picas y alabardas.
Me gusta la escopeta que acompasa la marcha
suspendida del hombro en mañana de escarcha.

Me gusta el horizonte, ese límpido trazo
que suelda cielo y suelo, limitando el ocaso.
Y me gusta el ocaso, me gusta aquel crisol
donde arden los metales agónicos de sol.
Agónicos metales de contorno celeste
que se van apagando allá por el oeste.

Y me gustan los nombres, los nombres musicales
que designan precisos los puntos cardinales:
cada esquina del mapa se sostiene segura
en las cuatro columnas de su nomenclatura.
Me gustan las aldabas y me gustan las brújulas.
Me gustan como suenan las palabras esdrújulas.
Y me gustan las cúpulas. Me gustan las clemátides,
los pájaros, las ánforas, las clásicas cariátides.
Me gustan las dalmáticas de púrpura, los trípticos,
la acústica de los túneles y los símbolos crípticos.

Me gustan los discretos postigos de madera
y las casas de barrio con patio y con higuera:
casas bajas con largos zagüanes y cancel
de vidrios con bordes cortados en bisel.
Y me gustan los patios con frescura de parras;
con malvones, rayuela, canarios y guitarras.
Me gustan las charangas de la Caballería
y comprar panes tibios en la panadería.

Me gustan los deportes violentos. El vestuario
después de los partidos: su ambiente solidario,
su olor a linimento y los doctos debates
que analizan jugadas cual si fueran combates.

Me gustan las campanas de modestas capillas.
Me gustan los cencerros que rigen las tropillas.

Me gustan los cigarros, opulentos habanos
donde habitan sabores de climas antillanos;
los cigarros negros y el pulido naval
de las pipas talladas en raíz de nogal.

Me gustan las fragatas, me gustan los veleros,
me gustan los sonoros vocablos marineros:
bauprés, obenque, jarcia, pañol, arboladura,
bitácora, mesana, barlovento y amura.

Me gustan las almendras, la nuez y la avellana
y me gustan los curas vestidos con sotana.
Me gustan los soldados que llevan uniforme.
Me gustan las fachadas con un escudo enorme.
Y me gustan los reyes que reinan como reyes,
sin ningún Parlamento que le imponga leyes.

Me gustan los molinos, me gustan los pasteles,
me gustan las arañas de cristal con caireles.
Me gustan las estatuas, los coches de carreras,
las casillas prolijas de los guardabarreras.

Me gustan los colores de los vitrales góticos
y me gustan los mapas de países exóticos.
Los mapas con sus nombre misteriosos:
Uganda, Yucatán, Dardanelos, Calcuta y Samarkanda.

Me gustan los maníes que venden en la calle
y los libros usados de la Plaza Lavalle.

Me gustan los estantes con tomos alineados
que muestran en el lomo sus títulos dorados.
Me gustan los sonetos, los gruesos diccionarios,
los cuentos de fantasmas y los antifonarios.
Me gustan los ex libris con leyendas distintas,
me gustan las imprentas y su mundo de tintas.

Me gustan las veletas, también los pararrayos;
los caballos lobunos, alazanes y bayos.
Me gustan las espuelas, las monedas de plata,
los macizos de hortensias, los cofres de pirata.
Y me gustan las vigas labradas de quebracho,
me gustan las encinas, los fresnos, el lapacho.

Me gustan los bastones de malaca y de boj
los números romanos de algún viejo reloj.
Me gusta de la lluvia su redoble minúsculo,
me gustan las banderas bajando en el crepúsculo.

Me gustan mis amigos, mi Patria, mi mujer,
mis hijos, mi apellido, mi Dios y mi deber.

(Perdón por este verso tan poco intelectual,
sin traumas, sin protesta, ni angustia existencial.)

Juan Luis Gallardo

jueves, 21 de abril de 2011

GUSTAVE DORÉ.

Paul Gustave Doré nació en Estrasburgo, Francia, el seis de enero de 1832. Fue un artista francés, excepcional grabador e ilustrador.

Publicó su primera ilustración a los 15 años. Ilustró obras literarias de autores como, Miguel de Cervantes (“El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha”), Balzac, Edgar Alan Poe (“El Cuervo”) y Dante Alighieri (“La Divina comedia”). “La Biblia”, ilustrada en 1865, fue un gran éxito para el artista, de manera que en 1867 tuvo que hacer una gran exposición de sus obras en Londres. Esta celebración le permitió fundar la Doré Gallery en New Bond Street.

Doré continuó ilustrando libros hasta que se produjo su fallecimiento en París el veintitrés de enero de 1883.

JUEVES SANTO: "La última cena" de Doré.

HYMNUS: Pange lingua.


Pange, lingua, gloriosi
Córporis mystérium
Sanguinísque pretiósi,
Quem in mundi prétium
Fructus ventris generósi
Rex effúdit géntium.

(Canta, lengua, del glorioso Cuerpo
el sagrado misterio y de la Sangre preciosa
que por el mundo
en rico precio derramó
el Rey de las gentes,
fruto de virginal seno.)

Nobis datus, nobis natus
Ex intácta Vírgine,
Et in mundo conversátus,
Sparso verbi sémine,
Sui moras incolátus
Miro clausit órdine.

(Dado para nosotros,
y nacido de una Virgen intacta y recogida,
conservando en el mundo
y esparciendo semilla de palabra que da vida,
con orden admirable y estupendo,
el tiempo concluyó de su venida.)

In supremæ nocte coenæ
Recumbens cum frátribus,
Observata lege plene
Cibis in legálibus,
Cibum turbæ duodenæ
Se dat súis mánibus.

(La noche ya postrera, la noche deseada,
estando ya la cena aparejada, convida a sus hermanos,
y cumplido el precepto y la ley primero,
con sus sagradas manos por el legal cordero
les da a comer su cuerpo verdadero.)

Verbum caro, panem verum
Verbo carnem éfficit,
Fitque Sanguis Christi merum,
Et, si sensus déficit,
Ad firmandum cor sincerum
Sola fides súfficit.

(Aquella creadora Palabra, con palabra sin mudarse,
lo que era pan, ahora en carne hace tornarse,
y el vino en propia sangre transformarse.
Y puesto que el grosero sentido se acobarda y desfallece,
el corazón sincero por eso no enflaquece,
porque la fe le anima y favorece.)

Tantum ergo Sacraméntum,
Venerémur cérnui:
Et antíquum documentum
Novo cedat rítui;
Præstet fides suppleméntum
Sénsuum deféctui.

(Veneremos, pues, postrados
tan augusto Sacramento,
y a la antigua ceremonia
sustituya el rito nuevo;
supla la fe inconmovible
del sentido los defectos.)

Genitori Genitóque,
Laus et iubilátio;
Salus, honor, virtus quoque,
Sit et benedíctio;
Procedénti ab utróque
Compar sit laudátio.

(Al Padre y al Engendrado
sea alabanza y triunfo excelso,
salud, honor, poderío
y bendición y respeto:
y al que de entrambos procede
igual loor tributemos.)

Amen.

EVANGELIUM: Joánnem, 13, 1-15.

Ante diem autem festum Pa schae, sciens Iesus quia venit eius hora, ut transeat ex hoc mundo ad Patrem, cum dilexisset suos, qui erant in mundo, in finem dilexit eos. Et in cena, cum Diabolus iam misisset in corde, ut traderet eum Iudas Simonis Iscariotis, sciens quia omnia dedit ei Pater in manus, et quia a Deo exivit et ad Deum vadit, surgit a cena et ponit vestimenta sua et, cum accepisset linteum, praecinxit se. Deinde mittit aquam in pelvem et coepit lavare pedes discipulorum et extergere linteo, quo erat praecinctus. Venit ergo ad Simonem Petrum. Dicit ei: “ Domine, tu mihi lavas pedes? ”. Respondit Iesus et dixit ei: “ Quod ego facio, tu nescis modo, scies autem postea ”. Dicit ei Petrus: “ Non lavabis mihi pedes in aeternum! ”. Respondit Iesus ei: “ Si non lavero te, non habes partem mecum ”. Dicit ei Simon Petrus: “ Domine, non tantum pedes meos sed et manus et caput! ”. Dicit ei Iesus: “ Qui lotus est, non indiget nisi ut pedes lavet, sed est mundus totus; et vos mundi estis sed non omnes ”. Sciebat enim quisnam esset, qui traderet eum; propterea dixit: “ Non estis mundi omnes ”. Postquam ergo lavit pedes eorum et accepit vestimenta sua, cum recubuisset iterum, dixit eis: “ Scitis quid fecerim vobis? Vos vocatis me: “Magister” et: “Domine”, et bene dicitis; sum etenim. Si ergo ego lavi vestros pedes, Dominus et Magister, et vos debetis alter alterius lavare pedes. Exemplum enim dedi vobis, ut, quemadmodum ego feci vobis, et vos faciatis.

(Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin. Durante la Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarlo, sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios, se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura. Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: «¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?». Jesús le respondió: «No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo, pero después lo comprenderás». «No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!». Jesús le respondió: «Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte». «Entonces, Señor, le dijo Simón Pedro, ¡no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!». Jesús le dijo: «El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está completamente limpio. Ustedes también están limpios, aunque no todos». El sabía quién lo iba a entregar, y por eso había dicho: «No todos ustedes están limpios». Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: «¿comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy. Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes.)

miércoles, 20 de abril de 2011

SALMO 51: Miserere mei, Deus.

Miserere mei, Deus, secundum magnam misericordiam tuam.
Et secundum multitudinem miserationum tuarum, dele iniquiatatem meam.
Amplius lava me ab iniquitate mea: et peccatto meo munda me.
Quoniam iniquitatem meam ego cognosco: et peccatum meum contra me est semper.
Tibi soli peccavi, et malum coram te feci: ut justificeris in sermonibus tuis, et vincas cum judicaris.
Ecce enim in inquitatibus conceptus sum: et in peccatis concepit me mater mea.
Ecce enim veritatem dilexisti: incerta et occulta sapientiae tuae manifesti mihi.
Asperges me, Domine, hyssopo, et mundabor: lavabis me, et super nivem dealbabor.
Auditui meo dabis gaudium st laetitiam: et exsultabunt ossa humiliata.
Averte faciem tuam a peccatis meis: et omnes iniquitates meas dele.
Cor mundum crea in me, Deus: et spiritum rectum innova in visceribus meis.
Ne projicias me a facie tua: et spiritum sanctum tuum ne auferas a me.
Redde mihi laetitiam salutaris tui: et spiritu principali confirma me.
Docebo iniquos vias tuas: et implii ad te convertentur.
Libera me de sanguinibus, Deus, Deus salutis meae: et exsultabit lingua mea justitiam tuam.
Domine, labia mea aperies: et os meum annuntiabit laudem tuam.
Quoniam si voluisses sacrificium, dedissem utique: holocasutis non delectaberis.
Sacraficium Deo spiritus contribulatus: cor contritum, et humiliatum, Deus, non despicies.
Benigne fac, Domine, in bona voluntate tua Sion: ut aedificentur muri Jerusalem.
Tunc acceptabis sacrificium justitiae, oblantiones, et holocausta: tunc imponent super altare tuum virtulos.

Gloria Parti, Filio, et Spiritus Sancto.
Sicunt erat in principo, et nunc semper, et in saeculorum.
Amen.

MISERERE MEI, DEUS: Gregorio Allegri.


Gregorio Allegri, nació en Roma en el año de 1582, fue sacerdote, cantante y compositor. Se inició musicalmente cuando niño en Roma, como cantante bajo la dirección del maestro de capilla Giovanni Bernardino Nanino, en la iglesia de “San Luigi dei Francesi” (San Luis de los Franceses), desde 1591 hasta 1596 en que su voz mudó. Estudió música con Giovanni Maria Nanino, hermano de Bernardino y amigo de Giovanni Pierluigi da Palestrina, entre 1600 y 1607. Cantó en diversas catedrales. En 1628 retornó a Roma para rendir los exámenes de admisión al Coro de la Capilla Papal, al que ingresó el 6 de diciembre de 1629, permaneciendo en él hasta su muerte. El cargo le proporcionó prestigio y seguridad económica.

Su obra más conocida es la musicalización del salmo “Miserere Mei, Deus”, compuesta por Allegri hacia 1638, es interpretada de forma regular en la Capilla Sixtina en Semana Santa desde entonces. Está escrita para dos coros, uno de cuatro voces y otro de cinco. Uno de los coros canta una versión simple del tema original y el otro coro, a cierta distancia, canta un comentario más elaborado. Es uno de los mejores ejemplos del estilo polifónico del Renacimiento, llamado en el siglo XVII stile antico o prima prattica, y denota las influencias combinadas de la escuela romana (Palestrina) y veneciana (Andrea y Giovanni Gabrieli, el coro doble).

En un principio, se impuso una prohibición de ejecutar la obra fuera de la Capilla Sixtina, a pesar de lo cual algunas copias fueron hechas. El Emperador Leopoldo I de Austria solicitó y obtuvo una copia, que conservó en la Biblioteca Imperial de Viena. Sin embargo, cuando la hizo ejecutar pensó que había sido engañado. El Papa entonces despidió al maestro de capilla de la época, quien tuvo que trasladarse a Viena para explicar las técnicas de ejecución y las improvisaciones (los llamados abbellimenti que nunca eran escritos, sino que eran pasados de intérprete a intérprete en el coro de la Capilla) que según él no podían ser reflejados en el papel, a fin de poder ser contratado nuevamente. El Padre Giovanni Battista Martini (1706-1784) poseía otra copia. En 1770, Wolfgang Amadeus Mozart con tan sólo 14 años, luego de escucharla tan sólo una vez, transcribió la obra al papel de memoria, para luego hacerle correcciones menores en una segunda ocasión. Este hecho es ampliamente recordado como muestra del genio de Mozart, quien incluso fue hecho Caballero de la Orden de la Espuela de Oro por el Papa al enterarse del hecho. La copia de Mozart, que reflejaba las improvisaciones, no ha sido conservada. En 1771, el Dr. Charles Burney, luego de un viaje a Italia, publicó en Londres una versión de la obra, basada posiblemente en la copia de Martini, la de Mozart y, quizás, una copia obtenida de la propia Capilla Sixtina.

Su obra, fundamentalmente compuesta por música sacra, incluye numerosas misas, motetes, lamentaciones, magnificats, concertini para voz solista, etc. Compuso una sonata en cuatro partes para cuerdas considerada prototipo del cuarteto de cuerdas. Su obra se encuentra bien conservada en diversos manuscritos.