"No he de callar por más que con el dedo, ya tocando la boca o ya la frente, silencio avises o amenaces miedo." Don Francisco de Quevedo.

BARRA DE BUSQUEDA

jueves, 21 de abril de 2011

EVANGELIUM: Joánnem, 13, 1-15.

Ante diem autem festum Pa schae, sciens Iesus quia venit eius hora, ut transeat ex hoc mundo ad Patrem, cum dilexisset suos, qui erant in mundo, in finem dilexit eos. Et in cena, cum Diabolus iam misisset in corde, ut traderet eum Iudas Simonis Iscariotis, sciens quia omnia dedit ei Pater in manus, et quia a Deo exivit et ad Deum vadit, surgit a cena et ponit vestimenta sua et, cum accepisset linteum, praecinxit se. Deinde mittit aquam in pelvem et coepit lavare pedes discipulorum et extergere linteo, quo erat praecinctus. Venit ergo ad Simonem Petrum. Dicit ei: “ Domine, tu mihi lavas pedes? ”. Respondit Iesus et dixit ei: “ Quod ego facio, tu nescis modo, scies autem postea ”. Dicit ei Petrus: “ Non lavabis mihi pedes in aeternum! ”. Respondit Iesus ei: “ Si non lavero te, non habes partem mecum ”. Dicit ei Simon Petrus: “ Domine, non tantum pedes meos sed et manus et caput! ”. Dicit ei Iesus: “ Qui lotus est, non indiget nisi ut pedes lavet, sed est mundus totus; et vos mundi estis sed non omnes ”. Sciebat enim quisnam esset, qui traderet eum; propterea dixit: “ Non estis mundi omnes ”. Postquam ergo lavit pedes eorum et accepit vestimenta sua, cum recubuisset iterum, dixit eis: “ Scitis quid fecerim vobis? Vos vocatis me: “Magister” et: “Domine”, et bene dicitis; sum etenim. Si ergo ego lavi vestros pedes, Dominus et Magister, et vos debetis alter alterius lavare pedes. Exemplum enim dedi vobis, ut, quemadmodum ego feci vobis, et vos faciatis.

(Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin. Durante la Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarlo, sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios, se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura. Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: «¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?». Jesús le respondió: «No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo, pero después lo comprenderás». «No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!». Jesús le respondió: «Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte». «Entonces, Señor, le dijo Simón Pedro, ¡no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!». Jesús le dijo: «El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está completamente limpio. Ustedes también están limpios, aunque no todos». El sabía quién lo iba a entregar, y por eso había dicho: «No todos ustedes están limpios». Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: «¿comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy. Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes.)

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