"No he de callar por más que con el dedo, ya tocando la boca o ya la frente, silencio avises o amenaces miedo." Don Francisco de Quevedo.

BARRA DE BUSQUEDA

sábado, 15 de diciembre de 2012

POEMA: Guadalupe "La Chinaca"...


Por el puente viejo de Pula,
viejo y polvoso,
rebosante de amores
y ansias inmensas,
va la gentil ranchera
ebria de gozo,
como símbolo rustico
y glorioso de la patria,
que lleva en sus dos trenzas
en la fascinación de su reboso,
apasionada flor
que se destaca en los campos
como alegórica visión.

Es Guadalupe "La Chinaca",
que con su escolta de lanceros,
diez fornidos guerrilleros,
y en su cuaco retozón,
que la rienda mal aplaca,
de la fabrica de Aguirre
a los ranchos de Menchaca,
va a buscar a Pantaleón.

Pantaleón es su marido,
el gañán más atrevido
con las bestias y en la lid.
Faz trigueña, ojos de moro,
unos músculos de toro
y unos ímpetus de Cid.

Cuando mozo fue vaquero,
y en el monte y el potrero
la fatiga le templó
para todos los reveses.
Es terror de los franceses
y cien veces lo probó.

Con su silla plateada,
su chaqueta alamarada,
su vistoso cachirul
y su lanza de cañotos,
cabalgando pencos brutos
¡qué gentil se ve el gandul!

Guadalupe esta orgullosa
de su prieto; ser su esposa
le parece una ilusión,
y al mirar que en la pelea
Pantaleón no se pandea,
grita: ¡viva Pantaleón!

Ella cura los heridos
con remedios aprendidos
en el rancho en que nació,
y los venda en los combates
con los rojos paliacates
que la pólvora impregnó.

En aquella madrugada
todo halaga su mirada,
finge pórfido el nopal
y los órganos parecen
candelabros que se mecen
con la brisa matinal.

En los planes y en las peñas,
el ganado entre las breñas,
rumia y trisca mugidor
azotándose los flancos,
y en los húmedos barrancos
busca tunas el pastor.

A lo lejos, en lo alto,
bajo un cielo de cobalto
que desgarra su capuz,
van tiñéndose las brumas,
como un piélago de plumas
irisadas por la luz.

Y en las fértiles llanadas,
entre milpas retostadas
de calor, pringan el plan,
amapolas, maravillas,
cempaxóchitls amarillas
y azucenas de San Juan.

Guadalupe va de prisa
de retorno de la misa,
que en las fiestas de guardar,
nunca faltan las rancheras,
como sus flores y sus ceras,
a la iglesia del lugar;
con su gorra galoneaba,
su camisa pespunteada,
su gran paño para el sol,
su rebozo de bolita,
y una saya suavecita
y unos bajos de charol;
con su faz encantadora,
más hermosa que la aurora
que colora la extensión,
con sus labios de carmines,
que parecen colorines,
y su cutis de piñón,
se dirige al campamento,
donde reina el movimiento
y hay mitote y hay licor,
porque ayer fue bueno el día,
pues cayó en la serranía
un convoy del invasor.

¡Qué mañana tan hermosa!
¡Cuánto verde, cuánta rosa
y qué linda la extensión!
Rosa y verde se destaca,
con su escolta, la chinaca,
que va a ver a Pantaleón.


Amado Nervo

viernes, 14 de diciembre de 2012

APUNTES EN EL CUADERNO DE BITÁCORA: Breve Historia de las Apariciones de Guadalupe y su influencia en la conversión de América a la Fe de Cristo.

Diez años después de la conquista de México, el día 9 de diciembre de 1531, Juan Diego iba rumbo al Convento de Tlaltelolco para oír misa. Al amanecer llegó al pie del Tepeyac. De repente oyó música que parecía el gorjeo de miles de pájaros. Muy sorprendido se paró, alzó su vista a la cima del cerro y vio que estaba iluminado con una luz extraña. Cesó la música y en seguida oyó una dulce voz procedente de lo alto de la colina, llamándole: "Juanito; querido Juan Dieguito". Juan subió presurosamente y al llegar a la cumbre vio a la Santísima Virgen María en medio de un arco iris, ataviada con esplendor celestial. Su hermosura y mirada bondadosa llenaron su corazón de gozo infinito mientras escuchó las palabras tiernas que ella le dirigió a él. Ella habló en azteca. Le dijo que ella era la Inmaculada Virgen María, Madre del Verdadero Dios. Le reveló cómo era su deseo más vehemente tener un templo allá en el llano donde, como madre piadosa, mostraría todo su amor y misericordia a él y a los suyos y a cuantos solicitaren su amparo. “Y para realizar lo que mi clemencia pretende, irás a la casa del Obispo de México y le dirás que yo te envío a manifestarle lo que mucho deseo; que aquí en el llano me edifique un templo. Le contarás cuanto has visto y admirado, y lo que has oído. Ten por seguro que le agradeceré bien y lo pagaré, porque te haré feliz y merecerás que yo te recompense el trabajo y fatiga con que vas a procurar lo que te encomiendo. Ya has oído mi mandato, hijo mío, el más pequeño: anda y pon todo tu esfuerzo”.

Juan se inclinó ante ella y le dijo: “Señora mía: ya voy a cumplir tu mandato; me despido de ti, yo, tu humilde siervo”.

Cuando Juan llegó a la casa del Obispo Zumárraga y fue llevado a su presencia, le dijo todo lo que la Madre de Dios le había dicho. Pero el Obispo parecía dudar de sus palabras, pidiéndole volver otro día para escucharle más despacio.

Ese mismo día regresó a la cumbre de la colina y encontró a la Santísima Virgen que le estaba esperando. Con lágrimas de tristeza le contó cómo había fracasado su empresa. Ella le pidió volver a ver al señor Obispo el día siguiente. Juan Diego cumplió con el mandato de la Santísima Virgen. Esta vez tuvo mejor éxito; el Obispo pidió una señal.

Juan regresó a la colina, dio el recado a María Santísima y ella prometió darle una señal al siguiente día en la mañana. Pero Juan Diego no podía cumplir este encargo porque un tío suyo, llamado Juan Bernardino había enfermado gravemente.

Dos días más tarde, el día doce de diciembre, Juan Bernardino estaba moribundo y Juan Diego se apresuró a traerle un sacerdote de Tlaltelolco. Llegó a la ladera del cerro y optó ir por el lado oriente para evitar que la Virgen Santísima le viera pasar. Primero quería atender a su tío. Con grande sorpresa la vio bajar y salir a su encuentro. Juan le dio su disculpa por no haber venido el día anterior. Después de oír las palabras de Juan Diego, ella le respondió: “Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige. No se turbe tu corazón, no temas esa ni ninguna otra enfermedad o angustia. ¿Acaso no estoy aquí yo, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy tu salud? ¿Qué más te falta? No te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá ahora de ella; está seguro de que ya sanó”.

Cuando Juan Diego oyó estas palabras se sintió contento. Le rogó que le despachara a ver al Señor Obispo para llevarle alguna señal y prueba a fin de que le creyera. Ella le dijo:

“Sube, hijo mío el más pequeño, a la cumbre donde me viste y te di órdenes, hallarás que hay diferentes flores; córtalas, recógelas y en seguida baja y tráelas a mi presencia”.

Juan Diego subió y cuando llegó a la cumbre, se asombró mucho de que hubieran brotado tan hermosas flores. En sus corolas fragantes, el rocío de la noche semejaba perlas preciosas. Presto empezó a córtalas, las echó en su regazo y las llevó ante la Virgen. Ella tomó las flores en sus manos, las arregló en la tilma y dijo: “Hijo mío el más pequeño, aquí tienes la señal que debes llevar al Señor Obispo. Le dirás en mi nombre que vea en ella mi voluntad y que él tiene que cumplirla. Tú eres mi embajador muy digno de confianza. Rigurosamente te ordeno que sólo delante del Obispo despliegues tu tilma y descubras lo que llevas”.

Cuando Juan Diego estuvo ante el Obispo Fray Juan de Zumárraga, y le contó los detalles de la cuarta aparición de la Santísima Virgen, abrió su tilma para mostrarle las flores, las cuales cayeron al suelo. En este instante, ante la inmensa sorpresa del Señor Obispo y sus compañeros, apareció la imagen de la Santísima Virgen María maravillosamente pintada con los más hermosos colores sobre la burda tela de su manto.

La curación de Juan Bernardino.

El mismo día, doce de diciembre, muy temprano, la Santísima Virgen se presentó en la choza de Juan Bernardino para curarle de su mortal enfermedad. Su corazón se llenó de gozo cuando ella le dio el feliz mensaje de que su retrato milagrosamente aparecido en la tilma de Juan Diego, iba a ser el instrumento que aplastara la religión idólatra de sus hermanos por medio de la enseñanza que el divino códice-pintura encerraba.

Te-coa-tla-xope en la lengua Azteca quiere decir “aplastará la serpiente de piedra”. Los españoles oyeron la palabra de los labios de Juan Bernardino. Sonó como de Guadalupe. Sorprendidos se preguntaron el por qué de este nombre español, pero los hijos predilectos de América, conocían bien el sentido de la frase en su lengua nativa. Así fue como la imagen y el santuario adquirieron el nombre de Guadalupe, título que ha llevado por cuatro siglos.

Se lee en la Sagrada Escritura que en tiempo de Moisés y muchos años después un gran cometa recorría el espacio. Tenía la apariencia de una serpiente de fuego. Los indios de México le dieron el nombre de Quetzalcoatl, serpiente con plumas. Le tenían mucho temor e hicieron ídolos de piedra, en forma de serpiente emplumada, a los cuales adoraban, ofreciéndoles sacrificios humanos. Después de ver la sagrada imagen y leer lo que les dijo, los indios abandonaron sus falsos dioses y abrazaron la Fe Católica. Ocho millones de indígenas se convirtieron en sólo siete años después de la aparición de la imagen.

La tilma de Juan Diego.

La tilma en la cual la imagen de la Santísima Virgen apareció, está hecha de fibra de maguey. La duración ordinaria de esta tela es de veinte años a lo máximo. Tiene 195 centímetros de largo por 105 de ancho con una sutura en medio que va de arriba a abajo.

Impresa directamente sobre esta tela, se encuentra la hermosa figura de Nuestra Señora. El cuerpo de ella mide 140 centímetros de alto.

Esta imagen de la Santísima Virgen es el único retrato auténtico que tenemos de ella. Su conservación en estado fresco y hermoso por más de cuatro siglos, debe considerarse milagrosa. Se venera en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en la Ciudad de México, donde ocupa el sitio de honor en el altar mayor.

La Sagrada Imagen duró en su primera ermita desde el 26 de diciembre, 1535 hasta el año de 1622.

La segunda iglesia ocupó el mismo lugar donde se encuentra hoy la Basílica. Esta duró hasta 1695. Unos pocos años antes fue construida la llamada Iglesia de los Indios junto a la primera ermita, la cual sirvió entonces de sacristía para el nuevo templo. En 1695, cuando fue demolido el segundo templo, la milagrosa imagen fue llevada a la Iglesia de los Indios donde se quedó hasta 1709 fecha en que se dedicó el nuevo hermoso templo que todavía despierta la admiración de Mexicanos y extranjeros.

La coronación.

El doce de octubre de 1895 la bendita imagen de la Santísima Virgen fue coronada por decreto del Santo Padre, León XIII, y el doce de octubre de 1945, cincuentenario de la coronación, su Santidad Pío XII en su célebre radio mensaje a los Mexicanos le aplicó el titulo de Emperatriz de las Américas.

Muy recientemente, el doce de octubre de 1961, Juan XXIII, dirigió un radio mensaje a los Congresistas del II Congreso Interamericano Mariano quienes se encontraron presentes dentro de la Nacional e Insigne Basílica de Guadalupe. En este día, a las doce en punto, se escuchó la sonora voz del Santo Padre quien pronunció las siguientes palabras:
Amadísimos Congresistas y fieles todos de América:

María, Madre de Dios y Madre nuestra, esa tierna palabra que estos días vuestros labios repiten sin fin con el título bendito de Madre de Guadalupe, abre este nuestro saludo que dirigimos a cuantos tomáis parte en el Segundo Congreso Mariano Interamericano y a todos los países de América.

Feliz oportunidad ésta del 50 aniversario del Patronato de María Santísima de Guadalupe sobre toda la América Latina, que tanto bien ha producido entre los pueblos del Continente, para alentaros en vuestras manifestaciones de mutuo amor y de devoción a la que es Madre de vida y Fuente de gracia.

Día histórico aquél doce de octubre en que el grito “tierra” anunciaba la unión de dos mundos, hasta entonces desconocidos entre sí, y señalaba el nacimiento a la fe de esos dos continentes; a la fe en Cristo –“luz verdadera que ilumina a todo hombre”- (Jo. 1, 9.) de la cual María es como la “aurora consurgens” que precede la claridad del día. Más adelante "la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive”, derrama su ternura y delicadeza maternal en la colina, del Tepeyac, confiando al indio Juan Diego con su mensaje unas rosas que de su tilma caen mientras en ésta queda aquél retrato suyo dulcísimo que manos humanos no pintaran.

Así quería Nuestra Señora continuar mostrando su oficio de Madre: Santa María de Guadalupe, siempre símbolo y artífice de esta fusión que formaría la nacionalidad mexicana y, en expansión cargada de sentidos, rebasaría las fronteras para ofrecer al mundo ese coro magnífico de pueblos que rezan en español.

Primero Madre y Patrona de México, luego de América y de Filipinas: el sentido histórico de su mensaje iba cobrando así plenitud, mientras abría sus brazos a todos los horizontes en un anhelo universal de amor.

Abre el alma a la esperanza cuando en ese mismo Continente se viene estudiando y poniendo en práctica para elevar el nivel de vidas de los pueblos humanos. Vemos con aplauso las iniciativas encaminadas a procurar personal preparado para el apostolado a los países escasos de clero o de religiosos en el deseo de sostener su fe y de continuar la misión salvadora de la Iglesia.

¡Cuánto podrá ayudar a mantener vivos estos ideales cristianos de fraternidad vuestro Congreso! Qué altura y qué nobleza adquieren las relaciones entre los individuos y los pueblos cuando se las contempla a la luz de nuestra fraternidad en Cristo: “onmes vos fratres estis” (Mat. 23,8) según proclama el lema de vuestro Congreso.

Y cuanto en esta convivencia alienta el amor y la consideración de una Madre común, entonces los vínculos de la familia humana adquieren la eficacia de algo más vital, más sentido que sublima el poder y la fuerza de cualquier ley.

Tenéis ahí a María, la Madre común, puesto que es Madre de Cristo, la que con su solicitud y compasión maternal ha contribuido a que se nos devuelva la vida divina y sobrenatural, la que en la persona del discípulo amado nos fue donada como Madre espiritual por Cristo mismo en la cruz.

Salve Madre de América! Celestial Misionera del nuevo Mundo, que desde el Santuario del Tepeyac has sido, durante más de cuatro Siglos Madre y Maestra en la fe de los pueblos de América. Sé también su amparo y sálvalos oh Inmaculada María; asiste a sus gobernantes, infunde nuevo celo a sus Prelados, aumenta las virtudes en el clero; y conserva siempre la fe en el pueblo.

Oiga María estos votos para que los presente a Cristo en cuyo nombre y con el más vivo afecto de nuestro corazón de Padre os bendecimos.



Tomado de Devocionario Católico.

domingo, 9 de diciembre de 2012

APUNTES EN EL CUADERNO DE BITÁCORA: "Si yo fuera el diablo"... advertencia para una nación.

Reproducimos un mensaje del legendario comentarista de radio Paul Harvey, transmitido por ABC Radio el 03 de abril de 1965. Más de cuarenta años después, podemos ver que la estrategia ha resultado.

“Si yo fuera el diablo… quiero decir, si yo fuera el Príncipe de las Tinieblas, desearía, desde luego, sumergir a la tierra entera en tinieblas. Poseería una tercera parte de sus terrenos y cuatro quintas partes de su población, pero no sería feliz hasta no haber agarrado la manzana más madura del árbol. Así que, me las arreglaría comoquiera que fuera necesario para tomar control de los Estados Unidos de América. Comenzaría con una campaña de susurros. Con la astucia de una serpiente, susurraría a usted, como susurré a Eva: ‘Haga lo que quisiera. Haga cómo quisiera’. Susurraría a los jóvenes: ‘La Biblia es un mito’. Les convencería que el hombre creó a Dios en vez de viceversa. Les confesaría en secreto que lo malo es bueno, y que lo que es bueno es ‘carca’. Al oído de los que acaban de casarse susurraría que trabajar es degradante; que las fiestas de cóctel hacen bien a uno. Les advertiría que no fueran extremistas cuando de la religión se trata, o del patriotismo, o de la conducta moral. Enseñaría a los ancianos a orar. Les enseñaría a repetir tras mí: "Nuestro Padre, que está en Washington…".

Si yo fuera el diablo, educaría a los autores sobre cómo hacer la literatura morbosa aún más excitante de tal manera que cualquier otra cosa pareciera aburrida y sin interés. Amenazaría a la industria de la televisión con películas aún más sucias, y viceversa. Entonces, si yo fuera el diablo, me organizaría. Infiltraría uniones, abogando por más holganza y menos trabajo, pues las manos desocupadas usualmente trabajan por mí. Pasaría estupefacientes a quien pudiera. Vendería bebidas embriagantes a damas y caballeros distinguidos. Y pondría embobados a los demás con pastillas. Si yo fuera el diablo, animaría a las escuelas a refinar el intelecto de los jóvenes, pero a no preocuparse por inculcarles la disciplina de emociones –deje que estas corran desenfrenadamente. Designaría a un ateo que me representara en las cortes más altas del país y motivaría a predicadores a decir‘Tiene la razón’. Valiéndome de halagos y promesas de poder, podría conseguir que las cortes legislaran a favor de lo que concibo como opuesto a Dios, incluso la pornografía, y así, echaría a Dios de los tribunales, y luego de las escuelas, y entonces de las recámaras del Congreso, y entonces, en sus propias iglesias sustituiría la psicología por la religión, y deificaría a la ciencia, pues haciendo esto, los hombres podrían adquirir suficiente inteligencia para crear armas de destrucción masiva pero no la sabiduría necesaria para controlarlas.

Si yo fuera Satanás, haría que el símbolo de la Pascua fuera un huevo, y que el símbolo de la Navidad fuera una botella. Si yo fuera el diablo, tomaría de los que tienen, dándoselo a los que no tienen, hasta el punto de acabar con lo que incentiva a los ambiciosos. Y entonces, mi estado policíaco obligaría a que todo el mundo volviera a trabajar. Luego, podría disolver a las familias, haciendo a niños servir en las fuerzas armadas, a las mujeres trabajar en minas de carbón, y objetores, en campos de concentración. En otras palabras, si yo fuera Satanás, seguiría haciendo lo que él ya está haciendo.

Paul Harvey. Buenos días.”

APUNTES EN EL CUADERNO DE BITÁCORA: Otro aniversario sin penas ni glorias...

Beato Urbano II
El 27 de noviembre pasado se cumplieron 917 años del llamamiento a la Primera Cruzada por parte del Gran Papa Urbano II, Beato.

Las Cruzadas comenzaron formalmente el jueves 27 de Noviembre de 1095, en un descampado a extramuros de la ciudad francesa de Clermont-Ferrand. Ese día, el Papa Urbano II predicó a una multitud de seglares y de clérigos que asistían a un concilio de la Iglesia en esa ciudad. En su sermón, el papa esbozó un plan para una Cruzada y llamó a sus oyentes para unirse a ella. La respuesta fue positiva y abrumadora. Urbano encargó a los obispos asistentes al concilio que regresaran a sus localidades y reclutaran más fieles para la Cruzada. También diseñó una estrategia básica según la cual distintos grupos de cruzados iniciarían el viaje en Agosto del año 1096. Cada grupo se auto financiaría y sería responsable ante su propio jefe. Los grupos harían el viaje por separado hasta la capital bizantina, Constantinopla (la actual Estambul, en Turquía), donde se reagruparían. Desde allí, lanzarían un contraataque, junto con el emperador bizantino y su ejército, contra los Selyúcidas, que habían conquistado Anatolia. Una vez que esa región estuviera bajo control cristiano, los cruzados realizarían una campaña contra los musulmanes de Siria y Palestina, siendo Jerusalén su objetivo fundamental.

Aquí el sermón de fuego del bienaventurado Pontífice:

"Aunque, oh hijos de Dios, vosotros habéis prometido más firmemente que nunca mantener la paz entre ustedes y mantener los derechos de la Iglesia, aún queda una importante labor que debéis realizar.

Urgidos por la corrección divina, debéis aplicar la fuerza de vuestra rectitud a un asunto que os concierne al igual que a Dios.

Puesto que vuestros hermanos que viven en el Oriente requieren urgentemente de vuestra ayuda, y vosotros debéis esmeraros para otorgarles la asistencia que les ha venido siendo prometida hace tanto.

Ya que, como habréis oído, los turcos y los árabes los han atacado y han conquistado vastos territorios de la tierra de Romania (el imperio bizantino), tan al oeste como la costa del Mediterráneo y el Helesponto, el cual es llamado el Brazo de San Jorge.

Han ido ocupando cada vez más y más los territorios cristianos, y los han vencido en siete batallas.

Han matado y capturado a muchos, y han destruido las iglesias y han devastado el imperio. Si vosotros, impuramente, permitís que esto continúe sucediendo, los fieles de Dios seguirán siendo atacados cada vez con más dureza.

En vista de esto, yo, o más bien, el Señor os designa como heraldos de Cristo para anunciar esto en todas partes y para convencer a gentes de todo rango, infantes y caballeros, ricos y pobres, para asistir prontamente a aquellos cristianos y destruir a esa raza vil que ocupa las tierra de nuestros hermanos.

Digo esto para los que están presentes, pero también se aplica a aquéllos ausentes. Más aún, Cristo mismo lo ordena.

Todos aquellos que mueran por el camino, ya sea por mar o por tierra, o en batalla contra los paganos, serán absueltos de todos sus pecados.

Eso se los garantizo por medio del poder con el que Dios me ha investido.

¡Oh terrible desgracia si una raza tan cruel y baja, que adora demonios, conquistara a un pueblo que posee la fe del Dios omnipotente y ha sido glorificada con el nombre de Cristo!

Plaza de las Cruzadas,
en Clermont-Ferrand, Francia
¡Con cuántos reproches nos abrumaría el Señor si no ayudamos a quienes, con nosotros, profesan la fe en Cristo!

Hagamos que aquellos que han promovido la guerra entre fieles marchen ahora a combatir contra los infieles y concluyan en victoria una guerra que debió haberse iniciado hace mucho tiempo.

Que aquellos que por mucho tiempo han sido forajidos ahora sean caballeros.

Que aquellos que han estado peleando con sus hermanos y parientes ahora luchen de manera apropiada contra los bárbaros.

Que aquellos que han servido como mercenarios por una pequeña paga ganen ahora la recompensa eterna.

Que aquellos que hoy en día se malogran en cuerpo tanto como en alma se dispongan a luchar por un honor doble.

!Mirad! En este lado estarán los que se lamentan y los pobres, y en este otro, los ricos; en este lado, los enemigos del Señor, y en este otro, sus amigos. 

Que aquellos que decidan ir no pospongan su viaje, sino que renten sus tierras y reúnan dinero para los gastos; y que, una vez concluido el invierno y llegada la primavera, se pongan en marcha con Dios como su guía”.

Fuente: Fulquerio de Chartres, testigo contemporáneo.
Quien tenga más interés en el tema puede consultar: Las Cruzadas.

EL "MATAPUTOS DEL MALECÓN" Y LA HIPOCRESÍA PROGRE: Por: José Luis Milia.

El "Mataputos del Malecón"
En La Habana de Batista, los homosexuales cubanos tenían su “paseo”. Al atardecer salían a juntarse con amigos, o a ofrecerse, los que se prostituían, fuera por gusto o necesidad, a los turistas que atraídos por la sangre caliente de los cubanos y los casinos de la mafia americana poblaban en bandas las calles de la ciudad.

La revolución cambió todo. No era esta solo una revolución política sino que traía en las cabezas de sus jefes todo un proyecto de ingeniería social que, basado en la reeducación de las masas, imaginaba crear lo que hasta hoy sigue siendo [y seguirá siendo per omnia saecula seculorum] una fábula, el "hombre nuevo".

Fidel Castro, Ramiro Valdés y Ernesto "Che" Guevara de la Serna, eran dueños de [lo que ahora llamarían] una "patológica obsesión homofóbica". En ellos cabía la idea que cualquier conducta [...] sexual desviada podía ser modificada con trabajo exhaustivo, con dietas hipocalóricas, "reeducación política" y la crueldad necesaria para abatir cualquier pensamiento que no se adaptara al concepto que ellos tenían de la revolución y de sus hombres. Si la revolución no era tolerante con nadie, ¿por qué lo iba a ser con los homosexuales a los que despreciaban?

Así, el nombrado en tercer término de este “trío de la bencina” se abocó con entusiasmo y ferocidad a "reeducar" [revolucionariamente] a aquellos desviados [...]. De él fue la idea de crear las UMAP, las [...] célebres Unidades Militares de Apoyo a la Producción, donde la "reeducación" [revolucionaria] de los homosexuales alcanzó niveles de extraordinaria crueldad. El proceso era sencillo en su ferocidad: poca comida, pocas horas de sueño, trabajar sin descanso y "reeducación política". Si al cabo de un tiempo no se conseguía la "reeducación" esperada el tiro en la nuca solucionaba el problema. Si el proceso era “exitoso” salían en libertad pero eran vigilados sin descanso, si reincidían no había una nueva "reeducación", el tiro en la nuca cerraba el proceso.

Más que causar gracia, da pena ver en manifestaciones, sean del “orgullo gay” o simplemente [manifestaciones] “progres”, cientos de [...] [playeras] con la efigie del “Che” lucidas con fanfarronería por manifestantes que, o son ignorantes de quien era el hombre cuya imagen llevan o son sencillamente hipócritas. Alguna vez deberían leer un poco de historia y tener el coraje de Reinaldo Arenas Fuentes, [escritor cubano], homosexual perseguido sin piedad por Guevara, víctima de él en las UMAP, [...], [infectado con el virus del SIDA, se suicido en la Ciudad de Nueva York, dejando a la prensa y a sus amigos una sentida carta donde culpa de todos sus sufrimientos a Fidel Castro, y] que fue quien con triste ironía apodó al “Che” el “Mataputos del Malecón” por la saña que éste ponía en el trato que daba a los homosexuales cubanos.

viernes, 7 de diciembre de 2012

LA SUPERSTICIÓN DEMOCRÁTICA: Por Marcos Ghio.

Con seguridad a las generaciones futuras, cuando juzguen a nuestra época, les costará muchísimo no reírse a carcajadas de aquellas supersticiones en las cuales hoy en día se cree de manera dogmática y fervorosa aceptándose como verdades irrebatibles lo que no son sino cosas absurdas y fácilmente refutables por parte del sentido común más elemental.

Les sucederá a ellos algo parecido a la gracia que nos causan aquellas tribus primitivas que, haciendo tronar el tambor, están convencidas de que hacen llover a raudales agua de los cielos. Hoy en día rige la religión democrática la cual, a diferencia de otras que creen en entidades trascendentes, tiene una fe ciega y fanática en cosas de carácter inmanente aunque no por ello menos abstractas como ser la famosa ‘voluntad del pueblo soberano’. El demócrata está convencido -y en función de ello dispuesto a perseguir con duras inquisiciones a quien cree en lo contrario- que en el fondo los seres humanos son iguales y que las que aparecen en cambio como desigualdades son el producto de circunstancias de hecho y de ‘injusticias’ violatorias de un derecho sacro que se encuentra inscripto en la naturaleza de cada uno en razón de una milagrosa y sabia ley preexistente. Y que el mejor modo de hacer brotar tal igualdad esencial postergada y ‘reprimida’ es a través de un rito colectivo propiciatorio que es el voto universal en donde, debido al carácter sagrado del mismo, esto es una cierta armonía preestablecida que lo rige, de la misma manera que un dios que gobierna sabiamente el universo resolviendo en forma positiva sus contradicciones más agudas, se hace en modo tal que la ignorancia y el desconocimiento de la partes sobre temas esenciales relativos a las grandes cuestiones del Estado se conviertan en cambio en sabias y atinadas decisiones, del mismo modo que dejando actuar al mercado "libremente" los egoísmos singulares se convierten sin más en acciones de bonanza y bienestar universal.

Los distintos "sacerdotes" y "teólogos" democráticos difunden con fanático fervor su fe por diferentes medios. Están convencidos de manera incontestable de que, en razón de tal milagrosa ley, cuanta más democracia e igualdad haya, mayor será el beneficio y progreso de la humanidad en su conjunto. Y en tanto creen que lo superior brota de lo inferior están dispuestos siempre a otorgar a esto último los mayores de los privilegios generando de este modo y sin darse cuenta una más odiosa desigualdad de la que existía antes. Esto lo hemos visto días pasados con la ley que otorga el voto a los niños de 16 años (ésta barbaridad sucedió en la Argentina) que fuera aprobada entusiastamente por la casi totalidad de los políticos. Es de destacar que los que se opusieron lo hicieron con el argumento de que ello se hacía porque los mismos son más manipulables que los mayores de 18 años, lo cual es tan relativo como aquel otro argumento que afirma que la madurez es simplemente una cuestión de edades. Pero lo interesante del caso es aquí que, en razón de este culto que se hace hoy en día de lo que es inferior en lo cual se encontraría depositada secretamente la verdad y solución de males y problemas, resulta ser que dicha ley otorga a tales niños privilegios que en cambio no poseen los adultos. Por ejemplo según la misma un niño de esa edad estaría en condiciones de resolver si vale la pena participar o no de un acto electoral, privilegio del que en cambio no gozaríamos los mayores que, en razón de nuestra fascista condición de no haber sido capaces de percibir tal verdad revelada, se nos debe obligar a votar en tanto no podríamos como los niños, no contaminados por el error, discernir cuándo se lo debe o no hacer.

Una situación similar se la había vivido tiempo atrás con la ley del cupo femenino. Resulta ser que una vez más, como la sociedad habría sido desigualitaria en cuanto a los sexos y "machista", se habría visto postergada la situación de la mujer excluyéndola de las funciones políticas de representación y parlamentarias, por lo cual se estableció un cupo obligatorio de mujeres entre los candidatos sin importar, de la misma manera que en el voto universal, si las mismas están o no capacitadas para el ejercicio de tal función. Pero justamente en razón de este culto de lo que es inferior, una vez más por ley se estableció una nueva desigualdad. Resulta ser que el cupo fue puesto únicamente para las mujeres pero no así para los hombres en modo tal que en un mañana no sería ilegal un parlamento compuesto solamente por mujeres, cosa que en cambio estaría prohibido si se diese lo contrario. Efebocracia y ginecocracia es pues aquello a lo que conduce necesariamente la sociedad democrática en tanto sus sacerdotes creen fervorosamente en el carácter creador del caos.

Sin duda alguna que nuestros descendientes se reirán a carcajadas o se sorprenderán de que tales cosas puedan haber sucedido, nosotros por el contrario las tenemos que padecer.

APUNTES EN EL CUADERNO DE BITÁCORA: Ocultismo soviético... más allá del "socialismo científico".

El tristemente famoso autócrata Iósif Stalin,
genocida comunista soviético
Cuando el ateísmo deviene en satanismo.

Los juicios más severísimos que se pronuncian contra el totalitarismo soviético no contemplan, en su inmensa mayoría, un dato histórico: el real y efectivo ocultismo soviético. O sea: las creencias delirantes, las supersticiones, el culto a fuerzas demoníacas y las prácticas de magia negra realizadas por grupos secretos que pertenecían -y dirigían- el Partido Comunista de la Unión Soviética.

Desde el éxito de "Le Matin des Magiciens" (traducido al español como "El retorno de los brujos"), obra de Jacques Bergier y Louis Pauwels (incluso podemos decir que desde antes) mucho se ha hablado de las corrientes ocultistas que animan al otro totalitarismo histórico: el nacionalsocialista alemán. Pero cuando se trata del marxismo soviético se pasa como de puntillas por este asunto, soslayándolo e ignorándolo. A buen seguro que este estado de las cosas es tal por esa especie de privilegio -como bien denunciaba Jean-François Revel- de que goza el marxismo, una especie de intocabilidad histórica consensuada por parte de los pseudo-intelectuales occidentales (no sólo comunistas, sino también "compañeros de viaje"). En suma: Existe una absoluta ignorancia sobre el ocultismo comunista soviético. Y a esta ignorancia -a veces consciente- se le añade el secretismo y el exotismo alfabético de la lengua rusa.

Así las cosas, lo que puede hacerse es una pequeña aproximación. Que, ante el escenario desolador de estudios más exhaustivos y profundos, ya es bastante.

Pese a su ateísmo dogmático -como exige el materialismo histórico marxista- es sabido que las instituciones científicas soviéticas siempre tuvieron una tendencia muy pronunciada a los estudios psicológicos y parapsicológicos: telepatía, telequinesia y otros fenómenos es lo primero que del ocultismo soviético se asoma. ¿Quién no sabe del caso de Nina Kulagina? Nina Kulagina (1929-1990) fue empleada por el Ejército Soviético en la II Guerra Mundial y sus supuestos poderes telequinésicos fueron estudiados por científicos soviéticos; y no fue la única persona que, por su llamativas capacidades psíquicas, mereció la atención de los científicos de la URSS. Siempre puede decirse que el interés que por estos fenómenos paranormales pudieran tener los comunistas fuese suscitado por las aplicaciones políticas y bélicas que de ellos pudieran aprovecharse, pero no deja de ser un síntoma de algo más profundo y contradictorio: el marxismo que se preconiza materialista, parece abandonar sus premisas y se interna en un campo más difuso y, todo sea dicho, más vidrioso para un materialista profeso: el de las presuntas energías psíquicas.

Sin embargo, no omitiremos la existencia y pervivencia -incluso clandestina- del cosmismo ruso, esa extraña y poco conocida filosofía que es un sincretismo que funde muchos elementos en su aleación y algunas de cuyas ideas llegarán tímidamente a occidente: por ejemplo, Pierre Teilhard de Chardin (1863-1945) reconoció la influencia que sobre él ejerció Vladimiro Ivanovich Vernadski (1863-1945).

Otro capítulo podría ser el de los símbolos empleados por el régimen totalitario soviético. Entre ellos la estrella de cinco puntas y tantos otras señales simbólicas que no pueden ser atribuidas a casualidades, sino a conocimientos esotéricos.

El psíquico de Stalin, Wolf Messing
Pero el ocultismo no solo será estudiado y practicado en la U.R.S.S. por grupos esotéricos. Sobre uno de los mayores genocidas de la Historia Universal, hablamos de Iósif Stalin, ideas y creencias ocultistas ejercerán una poderosa influencia. Stalin creía en astrólogos, como Hitler; y también se sirvió de los presuntos poderes psíquicos de Wolf Messing (1899-1974). Pero, mucho antes de llegar al poder, Stalin había tenido ocasión de entrar en contacto con el ocultismo, merced al enigmático George Gurdjieff (1866-1949) que reveló haber sido compañero de escuela del genocida soviético. Parece que fue Gurdjieff el que convenció a Stalin del oculto poder místico del número 7 (Gurdjieff sostenía que la consciencia humana estaba "estratificada" en 7 niveles). Y bien que Stalin lo puso en práctica: en 1947, cuando se celebraba el Octavo Centenario de la fundación de Moscú, Stalin ordenó a sus arquitectos la proyección de ocho rascacielos, el séptimo proyectado no pudo edificarse. Por eso, son llamados "Las Siete Hermanas de Stalin" (Stálinskiye Vysotki). Pero todo esto parecía venirle a Stalin de un extraño sueño que había tenido en la juventud: en aquella experiencia onírica el dictador comunista pudo ver siete pirámides. Y todo indica que, poniéndoselo en conocimiento a Gurdjieff, fue éste el que animó a Stalin a realizar aquel sueño, levantándolas en medio del mismo Moscú y con una voluntad mágica.

El enigmático ocultista George Gurdjieff
La octava "pirámide" le fue sugerida a Stalin por su gabinete astrológico que le explicó la correspondencia que de este modo tendrían las ocho pirámides con los ocho planetas del sistema solar, implementando la idea originaria de las 7 gradaciones de la consciencia. Ésta no llegó a realizarse, como más arriba hemos dicho. Además de la génesis de la proyección arquitectónica megalómana, son muchas las rarezas que concurren y envuelven la construcción de estos edificios colosales de Stalin. Dos son las que más pueden llamarnos la atención: Digamos que las pirámides fueron disimuladas bajo la cobertura de rascacielos. Pero los edificios son en su interior son pirámides. Para su construcción se empleó la piedra de la destruida Cancillería del III Reich, tras la derrota de la Alemania nazi. De la procedencia descabellada de la piedra para estos edificios puede inferirse una especie de "antropofagia simbólica" del enemigo vencido.

Digamos también, cuando tocamos al fin de este artículo, que el octavo edificio que no pudo realizarse iba a ser el Palacio de los Sóviets, cuya proyecto era acariciado por los líderes soviéticos con antelación a 1947. Como un gesto de soberbia satánica, el régimen comunista ordenó la demolición de la Catedral de Cristo Salvador de Moscú. El templo fue volado por los aires el 5 de diciembre de 1931 y sobre su solar se ideó levantar el fáustico Palacio de los Sóviets, como símbolo triunfalista del poder arrollador del comunismo que aplastaba así la tradición cristiana rusa. Sin embargo, como otra torre de Babel, el proyecto fue frustrado por la Divina Providencia. La voladura se pudo efectuar, también se iniciaron las obras que echaban los cimientos para el Palacio de los Sóviets en 1939, pero la invasión hitleriana de la U.R.S.S. detuvo las obras. Tras la victoria de los aliados liberales y la U.R.S.S quisieron reanudar la construcción, pero siempre había algún obstáculo, hasta que se renunció al proyecto. Esto fue tras la muerte de Stalin, cuando Nikita Jruschov ordenó aprovechar el espacio para hacer una gran piscina pública. Muchos cristianos vieron en estas contrariedades -lo creemos del todo exacto- la mano de Dios.

Vemos, por lo tanto, en una primera aproximación que el comunismo soviético no fue ajeno a las corrientes ocultistas, como pudiera pensarse por no existir suficiente literatura sobre el asunto. El nazismo tuvo una médula ocultista y luciferista. El comunismo soviético también la tuvo.

Voladura de la Catedral de Cristo Salvador de Moscú
Sobre las razones ocultistas de Stalin para la erección de sus Siete Pirámides, hay un artículo magnífico publicado en "Rusia Hoy": "Los siete secretos de Stalin".


Tomado del blog "Libro de horas y hora de libros": http://librodehorasyhoradelibros.blogspot.mx/2012/12/ocultismo-sovietico-mas-alla-del.html