“¡Mexicanos! En el acto mismo de mi muerte os recomiendo el amor a la patria y observancia de nuestra santa religión: ella es quien os ha de conducir a la gloria. Muero por haber venido a ayudaros; no quedará a mis hijos y su posteridad otra mancha: no soy traidor no. Guardad subordinación y prestad obediencia a vuestros jefes, que haciendo lo que ellos mandan, es cumplir con Dios. No digo esto lleno de vanidad porque estoy muy distante de tenerla”.
Últimas palabras, pronunciadas en el paredón de fusilamiento, de Don Agustín de Iturbide y Arambúru, Libertador de Méjico.
México es con X
ResponderEliminargrupo sinarquista de Guadalajara