"No he de callar por más que con el dedo, ya tocando la boca o ya la frente, silencio avises o amenaces miedo." Don Francisco de Quevedo.

BARRA DE BUSQUEDA

sábado, 11 de junio de 2011

SANDECES: Apuntes en el Cuaderno de Bitácora.

Aunque se pongan de moda… no dejan las falacias de ser falacias.

Para quien lo desconozca... ésto es un aborto.
Encontré, entre mis múltiples curiosidades, un ejemplar del diario “El Sudcaliforniano” del año pasado, en él fueron publicadas unas breves reflexiones –por cierto muy brevemente reflexionadas- de don Sandino Gámez, sobre el tema del aborto. En estos días, y con motivo de una iniciativa presentada al Congreso del Estado, el fantasma recorre -de nuevo- Baja California Sur y ya comienzan a invocarlo sus gurús… así que se me ocurrió un conjuro.

Honestamente, en un principio, el libelo del señor Gámez era prometedor. Me pareció que intentaría abordar, imparcialmente, los argumentos y las razones de quienes se oponen a la legalización del aborto y de quienes –por otra parte- apelan a su despenalización. Pero bastó leer unos cuantos párrafos para denotar una postura carente imparcialidad… ¡y me frustré!

El libelo de marras, en el que se insertan “argumentos” de marras también, pretende que la despenalización del aborto es un tema de “salud pública”… ¡y esa pretensión parte de un supuesto ideológico más falso que un billete de tres pesos! Es el supuesto ideológico de que el embarazo es una “enfermedad”, como lo son el alcoholismo, la influenza N1H1 o el dengue. Como éste es el caso, no nos extrañe que –en breve- algún “panegirista del progreso”, como el señor Gámez, proponga el exterminio masivo de alcohólicos e infectos con la “gripe del cochi”… que son un “tema de salud pública”.

Afirma también que “la despenalización del aborto es una tendencia mundial que garantiza a las mujeres decidir sobre su propio cuerpo”. Pero -¿tramposa o ignorantemente?- olvida que más del 50% de los niños, a quienes se mata por aborto, probablemente también sean mujeres. ¿Por qué a ellas no se les permite decidir sobre SU PROPIO CUERPO? ¡Porque ese cuerpo no es el cuerpo de su madre!... y –esto- es pura ciencia pura.

Afirma don Sandino Gámez (¡y que bárbaro, en esto si que se voló la barda!) que: “es un asunto que no puede abordarse desde la perspectiva moral de lo “bueno” y lo “malo”, incluso tampoco puede abordarse sólo desde el “debe ser” de la ética”. ¿Todo lo anterior quiere decir que considera que -al menos en este caso- el Derecho no debe fundamentarse en la Ética? ¿Olvida que todos los dilemas del Derecho giran en torno a la búsqueda de la Justicia y son, por tanto, cuestiones éticas? Pregunto esto porque no lo sé… lo que si sé, y es que –así- se infiere de sus argumentos, es que OLVIDA QUE LA CUESTIÓN CENTRAL ES SI EXISTE UNA VIDA HUMANA DESDE LA CONCEPCIÓN y, en consecuencia, el aborto es un homicidio… tampoco sé si lo olvida dolosamente. Si la cuestión central es si existe o no una vida humana desde la concepción, ¿cómo se puede excluir la ética del debate?

La estadística jamás debe sustituir a la ética en el quehacer político. La vida pública no puede organizarse mediante una serie de localización de tendencias para legislar en torno a ellas, sino que debe de sustentarse en una visión clara, científica (pero sin estúpidos reduccionismos naturalistas) y, por tanto, verdadera de lo que es la Persona Humana… por cierto que la aparente reduplicación en el término “Persona Humana” es deliberada.

¡El eje central, fundamental, sobre el cual debe girar este debate es si existe –o no- una vida humana desde el momento de la concepción, y legislar en consecuencia! En esto la postura “próvida” es consistente, ya que afirma que SÍ la hay, y en consecuencia lucha por que se respete desde el momento de la concepción.

La postura “proabortista” no lo es. Discurre entre argumentos falaces recurriendo o a la sensibilidad de las personas o la mentira en los datos… ¡pero jamás profundiza en la cuestión medular!... si existe una vida humana desde la concepción o no.

Y, si existe… todo lo demás está de más.

“La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad, aunque se piense al revés” escribió Antonio Machado. Cambiar la ley no es cambiar la realidad. Este es un debate que debe ir más allá de partidos e ideologías para hundir sus bases en la razón y en la Dignidad Humana.

En algo acierta un poco don Sandino Gámez cuando afirma que “se trata de un problema de salud pública, discriminación social e injusticia”… pero erra el enfoque. Problema de discriminación social claro que lo es: la discriminación del niño a quien se priva de la vida sólo por considerarlo “no deseado”. De injusticia también, ya que si consideramos que “justicia es dar a cada quien lo suyo”, el negar al niño “su” derecho a la vida, es una injusticia clarísima.

En cuanto a que es un problema de “salud pública” también lo es… ¡pero no en el sentido que pretende el libelo del señor Gámez viendo al embarazo como si fuera una enfermedad! Verdad es que es un problema de salud pública, pero lo es porque la mujer que aborta también es víctima del aborto. La Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF por sus siglas en ingles. Asociación proabortista y, dicho sea de paso, la cadena de clínicas en las que se practican abortos más grande del mundo), ha afirmado que el 91% de las mujeres que abortan presentan el llamado “síndrome post aborto”. Este se presenta con la angustia, desesperación y culpa, y puede tener síntomas como el insomnio, pesadillas, alcoholismo, agresividad, desesperación y, en muchos casos, el suicidio.

Universidades de Estados Unidos, Francia, Suiza, Inglaterra, Canadá, Australia, Dinamarca y Finlandia han llevado a sus manuales de Psicología y Psiquiatría este. En 1997 el gobierno de Finlandia encontró en un estudio que el suicidio en las mujeres que habían abortado era 7 veces mayor que las que no habían tenido esta experiencia. Según la Real Academia de Obstetricia de Inglaterra, el 59% sufren trastornos psiquiátricos graves y permanentes tras el aborto. Además, la mayoría de los estudios epidemiológicos internacionales demuestran que hay una correlación significativa entre el cáncer de mama y el aborto voluntario, en una escala de 2 a 1.

Es una necedad decir que hay que aprobar el aborto “por salud pública” sin tomar en cuenta estos elementos; además, y sólo como dato cultural -¡porque desde luego no pretendo que algún lector haga “juicios temerarios” al respecto!-, la International Planned Parenthood Federation (la IPPF es la mayor promotora de eso que llaman, con un cinismo que asusta, “salud reproductiva”) ha ingresado por practicar abortos en sus carnicerías… -¡hay perdón!-... “clínicas” más de 450 millones de dólares en diez años… ¿curioso no? Es que matar niños es, además de un problema de “salud pública”, un negocio muy lucrativo.

Hoy, más que nunca, es necesario un auténtico “feminismo” que, libre de manipulaciones de orden ideológico o económico, luche realmente por la reivindicación de los derechos de la mujer en nuestro país y en todo el mundo. Generar las condiciones económicas y culturales para que ninguna mujer se vea orillada a optar por esa terrible decisión es el reto auténtico de los legisladores sudcalifornianos. Lo demás es grilla barata, aunque se disfrace de progresista tendencia mundial.

2 comentarios:

  1. Qué bueno que abres el debate. A ver si permites que tus lectores vean los artículos que analizas:

    http://golfodecalifornia.blogspot.com/2009/11/el-aborto-permitido.html

    y

    http://golfodecalifornia.blogspot.com/2009/11/los-diputados-de-bcs-y-el-aborto.html

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  2. Los artículos (de hace dos años) que se comentan aquí están en: golfodecalifornia blogspot com (poner puntos en lugar de los espacios.

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