Uno de los personajes que cambiaron el curso de la Historia es, irónicamente, uno de los más desconocidos por la misma. El hombre que soñó con encontrar una ruta más corta para llegar a las Indias, haciéndolo famoso y pasando a la posteridad, sigue generando muchos enigmas sobre su vida. A más de quinientos años de su muerte la vida de Cristóbal Colón sigue suscitando muchas incógnitas: ¿Dónde y cuándo nació? ¿En qué lugar falleció? ¿Cómo sabía tan bien una ruta que nadie había recorrido? A su regreso, ¿Por qué desembarcó primero en Portugal y no en España?
Su propio hijo Hernando fue el primero en sembrar esas dudas cuando escribió una biografía acerca de su padre, diciendo que “quiso que su patria y su origen fuesen menos ciertos y conocidos”, y añadiendo que de sus viajes no tiene “plena noticia” ya que “Él murió cuando aún no tenía yo el atrevimiento ni la familiaridad bastante por el respeto filial para osar preguntarle tales cosas”.
¿Dónde nació?
Las interrogantes sobre donde nació ha sido una de las cosas más polémicas. Genovés, mallorquín, judío, menorquín, catalán, corso, gallego, alemán, portugués, francés, inglés, griego, escandinavo y suizo son algunas de las nacionalidades que se le han puesto. Sin embargo la versión más aceptada es que nació en Génova o en sus alrededores hacia 1450 (algunos dicen que entre agosto y octubre de 1451), siendo el mayor (Bartolomé, Diego (estos lo acompañaron a sus viajes) y Bianchinetta (quien fue la menor y de quién poco se sabe) del matrimonio formado por Domenico Colombo y Susana Fontanarrosa. Su padre fue maestro tejedor de lana, quesero y tabernero, y su madre fue hija de un tejedor de lana cercano a Génova. El dato de su familia se basa en escritos de él mismo y en documentos hallados en Génova en los que supuestos parientes le piden ayuda para ingresar a España, sin embargo el nunca habló de sus abuelos ni padres, así como tampoco de su niñez y adolescencia. En cierta ocasión sólo dijo que no era “el primer almirante de la familia”.
¿Era genovés? En 1892 una comisión de expertos italianos confirmó de forma definitiva su origen genovés en base a ciertos escritos antiguos. Para 1931, durante el esplendor fascista de Mussolini se publicó una colección documental muy grande de él. Pero aun así no está del todo claro definido que la identidad de Cristoforo Colombo, hijo de un tejedor, sea la de Colón. Aunque la mayoría apoya la idea de que era genovés, algunos sostienen, como Salvador de Madariaga, que descendía de de judíos conversos originarios de España y su idioma era el castellano; la teoría de su ascendencia judía proviene de Simon Wiesenthal, quien sostiene que la idea de viajar a tierras sin conocer era con el propósito de encontrar un lugar donde asentar a los judíos desterrados de reinos cristianos. También su fecha de nacimiento se puso en duda recientemente ya que Alfonso Enseñat de Villalongo propuso año de nacimiento para 1446 y que su verdadero nombre era el de Pietro, hijo de Domenico y Mariola Salvago. Según esta tesis adoptó el nombre de Cristóbal porque sirvió con un pirata llamado Vincenzo Colombo.
Lo que si sorprende, aceptando su origen genovés, es que nunca haya escrito en italiano ni a sus mismos compatriotas, siempre escribió en castellano o latín. Tampoco quedan del todo claro sus estudios, que posiblemente desarrolló en un convento dominico de Pavía o en alguna escuela sostenida por artesanos, aunando a sus pláticas con marinos y negociantes. Todo parece indicar que fue autodidacta (sus conocimientos no eran nada superficiales), ya que fue definido como “un hombre de muy alto ingenio sin saber muchas letras”.
¿Cómo era?
Su aspecto físico se desconoce ya que no existen retratos que lo reproduzcan fielmente, esto porque no se conserva ningún retrato contemporáneo, sólo fue hasta su muerte cuando se hicieron más de una treintena de él. Sin embargo muchas de esas pinturas son fantasías de los autores o responden a una imagen más o menos cercana a lo que dijeron los que lo conocieron. Algunos dicen que era pelirrojo, blanco, robusto, cabello bermejo y pecoso. Pero ateniéndonos a lo descrito por Fray Bartolomé de las Casas y Hernando Colón, Cristóbal era “de gentil presencia, de bien formada y más que mediana estatura, las mejillas un poco altas, sin declinar a gordo o macilento (flaco), nariz aguileña, ojos garzos (azules), color blanco de rojo encendido, rostro luengo (flaco) y autorizado”. En su juventud tenía “barba y los cabellos rubios”, que se le encanecieron “debido a sus múltiples dolencias y penalidades”. En lo que sí coinciden todos es que se sonrojaba con facilidad.
Su salud no era buena, sufría de gota, hidropesía (posiblemente), de mal de piedra (cálculos renales), reuma, artrosis (enfermedad crónica de las articulaciones), diabetes, insomnio y jaquecas. Este cúmulo de dolencias propició que su carácter fuera muy difícil. El cronista López de Gómara lo define como “enojadizo y crudo”. El humanista Giordano Benzoni “iracundo”. Ruy Pina, embajador portugués antes los Reyes Católicos como “descortés, orgulloso”, y que al hablar de sí mismo “excedía siempre los límites de la verdad”. En su descargo, Bartolomé de las Casas los desmiente parcialmente al decir que “sufría con paciencia” a sus enemigos.
No era una persona corrupta, pero si nepotista, ya que siempre intentó favorecer a sus familiares a costa de otras personas. Además era suspicaz, arrogante, persuasivo y soberbio; perdía los nervios con frecuencia y no cambiaba de opinión fácilmente; también carecía de tacto al tratar con sus subordinados aunque, paradójicamente, tenía un encanto que le permitía hacerse de muchas amistades duraderas, esto explica el porqué tuvo acceso a importantes amistades dentro de la corte española; tenía la capacidad de presentarse como un místico iluminado, proclive a los arrebatos sobrenaturales y las revelaciones celestiales; era gracioso cuando se lo proponía pero iracundo cuando se enojaba, siendo esto último evidente en las tierras a donde llegó, ya que descargó toda su cólera sobre los indígenas caribeños, haciéndolos objeto de toda clase de infamias cuando sus ideas colonizadoras se frustraron. Los tributos que les pedía eran verdaderamente imposibles de pagar, propiciando que muchos fueran hechos esclavos, otros ahorcándoles sin juicio y arrasando poblados sin causa alguna.
De su vida amorosa también se sabe poco. Su primer matrimonio fue con Felipa Moñiz, con quien tuvo un hijo de nombre Diego. A la muerte de ésta inició una relación con Beatriz Enriquez de Arana, joven de familia humilde, con quien tuvo a su hijo Hernando siete años después. Aunque nunca se casó con ella, en su testamento le encargó a su hijo Diego y en dos ocasiones por lo menos le asigno sumas de 10,000 maravedís. La fantasía popular le atribuye una relación con Beatriz de Bobadilla en la isla de Gomera (islas Canarias), quien era esposa de Hernán Peraza, uno de los conquistadores de Canarias.
Tomado de El Geto de las Ideas: http://guetodeideas.blogspot.mx/2010/11/cristobal-colon-el-desconocido-1era.html
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